En Ciro Redondo: hermanados por la sangre y la agricultura

La pandemia de la COVID-19 nos ha dejado más claro que el agua de manantial que la dependencia externa en la adquisición de alimentos para un país genera, cuando menos, incertidumbres. En el caso de Cuba la situación se complejiza más, sometida al bloqueo estadounidense y altamente importadora de variedad de víveres.

Es por ello que el aprovechamiento en el cultivo de cada pedazo de tierra por pequeño que sea lleva años en las indicaciones a los más altos niveles ministeriales en pos de la tan ansiada seguridad alimentaria. Más allá de nocivos voluntarismos en la resolución de problemas, tres hermanos en el municipio de Ciro Redondo demuestran que sí es posible sacar los mejores frutos al surco cuando se abona con el sudor de la dedicación y el sacrificio.

¿Cómo sostener la producción agroalimentaria en medio y después de la actual pandemia? 

En poco tiempo los hermanos convirtieron una extensión de apenas 0,8 hectárea en el floreciente Patio El Manguito, que destapa la admiración de aquellos que lo visitan.

Fredys, uno de los hermanos Marcel Cepero, relata cómo en agosto de 2019 comenzaron las faenas para alistar un terreno cubierto completamente de hierbas y otras malezas, “a partir de octubre cosechamos las primeras producciones y no hemos cesado desde entonces”.

hermanos agricultura

Hace casi un año estas eran algunas sugerencias para mejorar la agricultura urbana en Ciego de Ávila 

Tan impresionantes han sido los resultados en pocos meses que el Grupo Nacional de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar les otorgó la condición de Excelencia durante el recorrido efectuado el 19 de marzo último.

Las ventas hablan por sí solas con más de 12 000 mazos de lechuga, 10 000 de acelga, rábano, alrededor de una tonelada (t) de remolacha, casi media t de zanahoria, alrededor de 1,5 t de tomate y similar cantidad de pepino hasta la fecha. Además, también han obtenido volúmenes de pimiento español, ajo puerro, cebolla multiplicadora, ají cachucha y cilantro. “Hemos tenido momentos con hasta 15 ofertas”, comenta Fredys.

Lo alcanzado no es casualidad, es el laboreo de sol a sol sin descanso. “Para mí el trabajo en el campo se define con una sola palabra: la constancia, eso que lleva a las personas a hacer cosas que parecen increíbles. Esto es diario, no es que haya que hacer un súper esfuerzo, no, es la constancia lo que te lleva a obtener resultados”, explica a pie del surco el también profesor de Química jubilado, quien lleva cerca de 35 años dedicado a la siembra de hortalizas y vegetales frescos.

Para iniciar solo tenían un tanque elevado y una turbina para el agua, pero con el apoyo de la Empresa Agroindustrial Ceballos, el Poder Popular Municipal de Ciro Redondo y la Granja Urbana de la localidad montaron sistemas de riego, tuvieron acceso a semillas y otras facilidades para desempeñar su labor.

Los otros dos vástagos del matrimonio Marcel Cepero, Fidel y Raúl, nombrados así por la simpatía de los padres con el proceso revolucionario cubano iniciado en enero de 1959, hablan de innovaciones propias en los sistemas de riego que permiten mediante llaves de paso regular la entrada de agua en los canteros, para mientras se riega en algunos permitir atenciones culturales en otros.

El ajetreo allí no cesa y bien lo reconoce Fidel, quien en ocasiones recorre hasta cinco veces en el día el trayecto que separa al patio de excelencia, ubicado a cerca de dos kilómetros de la salida de Pina a Ceballos, de su punto de venta a la población en el barrio de Pogolotti. “Ahora estoy preparando un triciclo para llevar más carga, hasta ver si conseguimos un quitrín con un caballo”, añade.

hombre bici

Mientras, muchos pobladores agradecen la calidad de los productos y los precios asequibles, también llegan hasta siete centros sociales priorizados y en ocasiones donan parte de lo cosechado al comedor de trabajadores del Poder Popular Municipal.

El ejemplo de estos tres hermanos nos dice que siempre se le puede sacar alimentos a la tierra por pequeña que sea siempre que impere la constancia y el buen hacer.


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