Aunque los volúmenes de agua almacenados en el subsuelo y en los embalses garantizarán las entregas a los clientes de la Empresa Aprovechamiento Hidráulico, al cuidado de este recurso natural, Ciego de Ávila vigila su uso por el déficit de lluvias en 2021 y el comportamiento del actual período seco en Cuba.
Pedro Rodríguez Mora, director técnico de la entidad en la provincia, informó a la Agencia Cubana de Noticias que el territorio cerró el año anterior al 81 por ciento de las precipitaciones.
Se estima —dijo— que a partir de septiembre venidero sea que ocurran lluvias próximas a la media histórica, motivos para no descuidar las observaciones del ciclo hidrológico, e insistir en la necesidad de ahorrar lo que está en el acuífero y en los espejos de agua.
Explicó que dada esa situación y el regreso del fenómeno climático La Niña, responsable de crudos inviernos y grandes períodos secos en todo el mundo, se activó el grupo temporal de la sequía para darle seguimiento al tema.
Después de cuatro años de bonanza, propiciados por eventos hidrometeorológicos extremos, como el huracán Irma (2017) y las tormentas tropicales Alberto (2018) y Eta (2020), transcurrió el 2021 con déficit de lluvias y el pronóstico para el actual año no es el deseado, por lo que está en riesgo la estabilidad de los embalses y acuíferos, cuya alimentación es solo por las precipitaciones, añadió.
Actualmente los embalses se encuentran al 46 por ciento de llenado, entre ellos Sabanas Nuevas acumula solo el 25 por ciento de su capacidad y Puente Largo el tres por ciento, lo cual le dificulta ejercer su función de tapón hidráulico en varios sectores de la cuenca norte del territorio, dijo el especialista.
En cuanto a la reserva subterránea, comentó que la mayoría de los sectores hidrogeológicos se encuentran en estado favorable, pero controlan y miden los que contienen menos del 70 por ciento de su reserva explotable, como el CA-II-2 de la Cuenca Sur y los CA-I-8, CA-I-9, CA-I-10 y CA-I-12 de la Cuenca Norte.
Ciego de Ávila, al igual que Matanzas, es pródiga en acuíferos, con 808 millones de metros cúbicos de agua, pero ese reservorio se ha visto perjudicado por los recurrentes períodos secos (en Cuba el período poco lluvioso se extiende de noviembre a abril), motivo más que suficiente para que no se descuiden las observaciones del ciclo hidrológico.