¡Vaya año el que queda atrás!

bloqueo Si repasamos lo que ha sido 2020, tal vez no pudiera ser más que el efecto de una brujería a gran escala, lo que los creyentes llamarían un osogbo, el resultado de los peores augurios acumulados. Los cubanos, aunque acostumbrados a transitar por carencias y dificultades, al ser un país subdesarrollado y sometido a un férreo bloqueo, hemos acusado con fuerza el impacto combinado de la pandemia.

Por suerte, el año respira sus últimos estertores, preludio de otro que, a las claras, será mejor. Eso imagino, vacuna de por medio. Nunca un pinchazo había sido tan añorado. No obstante a las fuertes tensiones vividas durante los meses precedentes, los cubanos, con esa capacidad de reírnos hasta de nuestras desgracias, le hemos sacado lascas a lo más inverosímil, con el choteo a flor de piel, como un gen más insertado en el ADN nacional.

La aparición del nuevo coronavirus en el mayor archipiélago antillano trajo consigo una nueva rivalidad, alimentada por la fértil imaginación de la opinión pública, entre los doctores en ciencias Francisco Durán y José Rubiera. El carisma y las excelentes dotes comunicativas del primero ubicaron en el imaginario popular una “sana porfía” entre ciclones y número de contagiados. ¡Vaya qué somos chistositos!

Ni qué decir del mosquito Aedes aegypti y el caracol gigante africano, relegados por el foco mediático y epidemiológico de la COVID-19. Hace unas semanas, más en serio que en broma, mi abuelo le preguntaba a mi padre si todavía el nocivo molusco era huésped de las tierras cubanas.

Por si fuera poco, los nuevos comportamientos para el control epidemiológico acarrearon situaciones simpáticas. Como quien debía ponerse el nasobuco al salir a la calle y, tres cuadras adelante, se dio cuenta de su olvido; el que usó una careta antigás (sí, una de tiempos de guerra); o la señora mayor con una casita de cartón improvisada a cuestas, cubierta de mensajes preventivos, haciendo los mandados en la calle porque vive sola.

A fuerza de necesidad, recordamos el reglamento de la Primaria de tomar distancia, ahora con una connotación distinta; otras no tan ponderadas, pero de gran importancia en toda época, volvieron al ruedo de la cotidianidad, como el lavado constante de las manos. Sobre esto último hubo quien hasta bromeó con que, de tanta agua y jabón, salieron a relucir los “chivos” de sus años de estudiante décadas atrás.

Posted by Osvaldo Gutierrez Gomez on Thursday, June 11, 2020

Pero aquí también nos burlamos en buena lid de lo sucedido más allá de nuestras fronteras. El caso más paradigmático, sin dudas, fue Donald Trump con sus desvaríos acerca de lo relativo al coronavirus y su control.

Primero que era una gripecita sin mucho riesgo, luego que si China era la culpable de los males de la humanidad, pasando por la descabellada idea de eliminar la enfermedad del organismo a “golpes” de cloro. Allá los que le siguieron la corriente, que para todo hay gente en el mundo.

Cloro

Posted by Osvaldo Gutierrez Gomez on Saturday, April 25, 2020

Muchos más pudieran ser los ejemplos que nos han hecho esbozar una sonrisa en medio de estos días turbulentos, según su punto de vista, claro está, como infidelidades descubiertas en medio de una cuarentena tras PCR positivo y cadenas epidemiológicas de un contagio “sospechoso” para el otro cónyuge.

Se acercan los días finales del calendario; en los hogares hay una orden de búsqueda y captura sobre el cerdo, limitado en su producción y elevado en sus precios. Aunque en muchos casos el olor y el sabor característicos del “mamífero nacional” solo serán un recuerdo, trate de disfrutar en familia con lo que tenga a mano. Festeje la vida, pese a los trastazos que a veces se empeña en darnos. Mantengamos el optimismo de que 2021 nos traerá mejores circunstancias y sueños por cumplir.


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