Extrañas “amistades”

Hoy son cada vez más los cibernautas víctimas de hackeo, o intento de ello, a juzgar por el creciente número de amigos en Facebook que así lo denuncian

Cuando hace algunas noches atrás mi vecina me contacta (por vez primera) a través de Facebook para dejarme su número de WhatsApp y solicitarme que le escribiera por esa vía no me resultó extraño, pues consideré que pudiera tratarse de algún asunto periodístico que le gustaría que tratara en este medio de prensa.

Tampoco me pareció raro que su foto de perfil en la aplicación de mensajería no fuese de ella, ya que muchas personas acostumbran a colocar postales, paisajes o simplemente no situar nada.

Le saludo y pregunto qué desea sin recibir respuesta alguna. Tras la duda, la visito al día siguiente y es entonces cuando me cuenta lo ocurrido: sus redes sociales habían sido hackeadas sin mediar un programa informático. Les explico.

Alguien escribió a mi vecina suplantando la identidad de un familiar y pidió que le enviara un código que llegaría a su línea celular. Dichos dígitos se trataban de los que facilita Facebook para restablecer la contraseña. Con ellos, el hacker tendría acceso total a su cuenta.

Y así fue. Mientras esto ocurría, le pedía dinero por WhatsApp y enviaba a sus amigos en Facebook el mismo mensaje para que le contactara por la aplicación de mensajería instantánea, incluyéndome, y así la cadena aumentaba las posibilidades de robo. Por suerte, se dio cuenta de lo que ocurría y la estafa no llegó a concretarse.

Sin un profundo análisis me atrevo a afirmar que hoy son cada vez más los cibernautas víctimas de este tipo de hackeo, o intento de ello, a juzgar por el creciente número de amigos en Facebook que denuncian similar “modus operandi”.

• Invasor le invita a leer: La estafa del “gentleman” de “Samsung” 

Hasta el móvil de Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo y director ejecutivo de Amazon, fue extorsionado. Todo apunta a un “inocente” video de WhatsApp como origen del teórico hackeo a su teléfono celular y que permitió filtrar fotos privadas y mensajes intercambiados con su amante.

Según un informe, no se especifica si el magnate llegó a abrir el supuesto video ni tampoco se conoce quién fue el autor de ese mensaje, pues pese a que la cuenta fuera del príncipe saudí, podría haber sido enviado por otra persona. Claro, todo no se basó en un código de seis dígitos que enviara inconscientemente.

Para estos casos, lo más recomendable es no compartir códigos de verificación con nadie (casi todos lo integran seis dígitos) ni abrir enlaces desconocidos a otras páginas por muy tentativos que parezcan.

También es aconsejable no brindar información personal a perfiles poco fiables, no realizar transferencias bancarias sin corroborar que se trate realmente de un conocido, y cambiar las contraseñas regularmente sin que estas contengan nombres de seres allegados o fechas de nacimiento. De igual forma, activar la verificación en dos pasos, disponible en los ajustes de seguridad y privacidad, es otra manera de preservar mejor nuestras credenciales y datos.

Sin dudas, casos como este son más comunes de lo que creemos y es un error pensar que no estamos expuestos a ello por no ser alguien influyente o un personaje público.

En correspondencia con los tiempos actuales, nuestro país trabaja en un Anteproyecto de Ley para actualizar el Proceso Penal cubano, ya que el código vigente no tipifica los delitos informáticos, como sí sucede en otros países.

La propuesta reconoce el uso de las tecnologías de la información y la comunicación en todas las fases del proceso penal, siempre que se garanticen la autenticidad, confidencialidad, protección y seguridad de los datos e información.

Satanizar los procesos virtuales no es la respuesta más válida para estos casos. Conocer, estudiar, informarse y protegerse pueden ser claves esenciales para evitar situaciones tan desagradables como que un intruso se involucre en tus datos privados.


Escribir un comentario


Código de seguridad
Refrescar