Volver al puerquito
Era sábado y no tenía un p... peso en la cartera, de manera que decidí extraer unos "cucucitos" de mis ahorros personales, en el banco, y sobrevivir a ese tsunami de bolsillo que son los fines de semana.
Era sábado y no tenía un p... peso en la cartera, de manera que decidí extraer unos "cucucitos" de mis ahorros personales, en el banco, y sobrevivir a ese tsunami de bolsillo que son los fines de semana.
Voy a morir con la zozobra de no conocer mi verdadero origen.
Como una castañuela que no calla, en medio del corazón citadino, está el Sevilla. Un “hotelito” en diminutivo, más por el cariño de la gente, pequeña joya de la gastronomía de Ciego de Avila, que por su tamaño.
Creo que mis orejas le caían mal. A esa conclusión llegaba yo, con mis siete años y mi tercer grado en curso, cuando ella las retorcía como chicharrones de viento.