Gracias, Dany y Yunier

Toda victoria deportiva de Cuba es motivo de jolgorio, pero si en el triunfo aparecen dos protagonistas del terruño, entonces aumentan los motivos para el brindis, imaginario o no, pero este sábado, quien escribe, brindó.

Brindé porque cuando Yunier Batista parecía que iba a dejar el béisbol, pues no le alcanzaba el talento para desempeñarse en la segunda almohadilla, no se dio por vencido y recordó que no pocos le habían aconsejado que aprovechara su potente brazo y fue al montículo como si alguien le hubiese susurrado en el oído: “Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado”.

yunier2

Y renació desde la lomita con su recta lateral que ronda las 90 millas, que no fue casualidad resultar un baluarte en el título de Ciego de Ávila en la Tercera Liga Élite. Ahora acaba de hacer un relevo épico para que Cuba derrotara a México y no solo mereciera la medalla de bronce en la lid panamericana, sino también consiguiera el boleto para asistir al venidero mundial de la categoría sub 23 años.

Brindé porque en el puesto de mando de este Cuba sub 23 estuvo el campeón olímpico Dany Miranda, un hombre que después de su retiro como atleta, incursionó como manager en todas las categorías y hasta tuvo el honor de dirigir un equipo avileño de la rama femenina.

Dany nunca dijo no para dirigir escuadras de todas las edades. Muchos desistieron de ser profesor en la EIDE por el sacrificio que genera estar en ese centro casi a tiempo completo. Pero el chambero se había propuesto aprender y no hay mejor escuela que el trabajo diario. Aprendió y de qué manera.

Pues sí, brindé este sábado —y no de manera imaginaria, por supuesto— y lo hice para rendir homenaje a la perseverancia. Gracias Dany y Yunier.


Escribir un comentario


Código de seguridad
Refrescar