¿Espejismo?

El cuarto puesto de Cuba en el V Clásico Mundial de Béisbol se corresponde con la calidad de los peloteros cubanos que se han formado aquí en los últimos años

No iba a volver sobre el tema, pero resulta que leo por estos días, más veces de las que quisiera, reflexiones de conocedores de nuestro béisbol incurriendo en un error que pensé solo estaba reservado para aquellos obcecados buscadores de la quinta pata de la mesa.

Ahora resulta que es un “espejismo” el cuarto lugar de nuestro Team Asere en el V Clásico Mundial, pues “ese puesto está muy lejos de la realidad de nuestra pelota”.

Si los que así opinan se refieren a la calidad de nuestras Series Nacionales, entonces coincido con ellos, pero difiero completamente si el asunto es el nivel que puede presentar una escuadra cubana en el más grande certamen beisbolero del planeta.

Porque… ¿dónde se formaron esos peloteros que decidieron jugar en otras ligas y han demostrado allí su talento? Sería contraproducente que, con esa misma “varita”, midieran a dominicanos, puertorriqueños, venezolanos, mexicanos. De hecho, según el periodista Francys Romero, 20 de los 180 cubanos que integran el sistema MLB estuvieron en el Opening Day de esa liga.

He dicho más de una vez que nuestro béisbol no ha sido el mejor del mundo —aunque sí lo fue en el de aficionados—, aunque nunca ha dejado de estar entre los primeros del planeta.

Pero ya sabemos que el cubano, al decir popular, si no llega, se pasa. Ahora resulta que no pocos coterráneos afirman que ese cuarto escaño no se corresponde con la real calidad de la pelota nacional.

Si mañana se organizara una liga internacional —a la usanza de la Liga de Campeones de fútbol—, estoy seguro de que los especialistas darían al equipo Cuba como uno de los favoritos. ¿Entonces por qué achacar a las circunstancias la labor en el Clásico?

Sería un error ocultar que nuestros campeonatos domésticos están muy distantes de las lides de otros países, desde el punto de vista de nivel competitivo, añadiendo, además, que la organización aquí muchas veces roza con el calificativo de desastre. Pero lo cortés no quita lo valiente. Peloteros de calidad siguen saliendo de esas mismas series, con todos los problemas que se le puedan achacar.

En resumen. El cuarto puesto no es almohadón de plumas donde recostarse y dormir a piernas sueltas, mas, tampoco, para tildarlo de espejismo. Hay que aferrarse a la sentencia: somos lo que somos…, y quisiéramos ser más.


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