Diablos Rojos mejor que Tiburones en los penales

Cuando solo faltaba algo menos de dos minutos para que los Tiburones de Ciego de Ávila ganaran el derecho de asistir al Torneo de Clausura de la 108 Liga Cubana de Fútbol, un tiro de córner que la defensa local no logró, despejar permitió que Liyonis Martín empujara el balón hacia las redes para el empate milagroso que posibiitó a Santiago de Cuba definir, en los penales, su triunfo ante una adolorida afición, en el estadio moronense Sergio Alonso Grandal, de Morón.

Como sucedió en los últimos partidos de los que ha sido testigo Invasor, resultó un choque de poco fútbol y muchos deseos, en el que faltaron el toque y el sentido táctico de juego, algo que se acrecentó, incluso, cuando los locales anotaron en el minuto 30 tras una falta algo lejos de la puerta, pero que remató con elegancia, viniendo desde el lateral derecho, Osmán Denis, el mismo que al final cambió su historia en el encuentro.

Con esa diferencia mínima para los de casa, el juego se convirtió en un “vale todo para que el balón esté cerca de la puerta” y, mientras los indómitos insistían, los avileños parecía que se replegaban.

Cuando restaban unos diez minutos, el árbitro castigó con un penal a favor de los santiagueros, aunque el cobro de Yeislán Sanchez se estrelló contra el larguero. Parecía que el triunfo de los de Rolando Ayón era ya una realidad, pero a la novela le faltaban otras escenas y, a escasos segundos del chirrín-chirrán, llegó la paridad que relaté en el párrafo inicial.

En la tanda de penales, algo inusual: los seis primeros cobradores de ambos equipos no fallaron en sus disparos y la tensión iba incrementándose cada vez más. Fue entonces que el séptimo hombre avileño, el propio Osmán Denis, no tuvo puntería y su tiro salió desviado; y fue el inmenso grito de alegría de los montañeses lo que puso el colofón a una linda tarde de mal fútbol, pero de muchas emociones. 


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