Como si hubiéramos adivinado con una semana de antelación que el conjunto músico-danzario Telón Abierto recibiría la distinción Ornofay —el más alto galardón entregado por el Centro Provincial de Patrimonio Cultural— en el marco de las celebraciones por sus 25 años de creado, Invasor irrumpió en un ensayo y le puso imagen y sonido a su historia.
Fundado el 27 de mayo de 1997, ha sido un referente de constancia y dedicación cuando hablamos del movimiento de artistas aficionados en el terruño, llegando a compartir escenario con grandes compañías del país como Revolution, Camagua y el Ballet Folclórico de Camagüey.
Además, ha representado a Cuba en Francia, Suiza, Italia, España y Portugal como parte de una creciente colaboración cultural, que le ha devuelto muchísimas alegrías.
Con un repertorio que va desde los bailes populares cubanos y haitianos hasta el rescate de otros, se destaca por hacer música en vivo para cada uno de sus espectáculos y por una fuerte indagación histórico-cultural como sustento de su obra.
El ciclo de renovación en el grupo es constante, al tratarse en muchos casos de muchachos que aún estudian, por lo que el esfuerzo es doble y al cabo de cinco años garantizar su permanencia es más complejo. Por eso, ha llegado a tener hasta tres elencos y, otras veces, menos bailarines, sin que esto limite la creación.
Como colofón de su trabajo este año, se concentran en terminar lo que podría ser Ángel para una tradición, un espectáculo que rescata bailes campesinos olvidados como fantasma, borracho y enano, chocolate, abanico y bastón, y cobija cortada, el cual presentarán en la edición base del Festival de Artistas Aficionados de la Federación Estudiantil Universitaria y en la fiesta de Bandos Rojo y Azul, en Majagua.