Imagen que ampara

La Virgen de la Caridad del Cobre inspira a los cubanos y, dentro de ellos, a los avileños

virgenDana Ma. Gómez SánchezMosaico policromado en la pared de una vivienda familiarDentro y fuera del templo, los creyentes acuden a su encuentro. Las imágenes auditivas, táctiles, olfativas, entre otras, acceden a vivir la experiencia de esa fe: liturgias, oraciones, salves, cantos, arreglos florales y sus aromas, así como las velas e incienso, acercan a la imagen siempre atenta de la Virgen de la Caridad del Cobre.

Esos elementos subyacen en las tradicionales procesiones en la cuales la ciudadanía creyente demuestra su devoción. La imagen de la Virgen de la Caridad, más allá de credos, ha sido conformadora de tradiciones de la cultura cubana.

El diseño gráfico incorpora la imagen de la Virgen a la vida, propiciando su acceso material a la casa como espacio hogareño, de unidad y paz familiar; así como en otros pertenecientes a las funciones oficiales de los cristianos, tales como pinturas en los muros (paredes), grabados, estampas. Todo lo antes enunciado es resultado de la interpretación y, por ende, difusión de su imagen en el transcurso de la historia local, y de la nación cubana.

En nombre de San Eugenio, la Patrona de Cuba

Apenas existen asomos de evidencias anunciadoras de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, en Ciego de Ávila, durante la colonia. Las probabilidades de la posible existencia de su imagen artística están estrechamente vinculados a la devoción del Santo Patrono San Eugenio de La Palma.

Constancia de lo antes expuesto es el origen de la Parroquia en 1688, la cual fue creada por el Obispo de Cuba, Diego Evelino de Compostela, quien, además, la puso bajo la protección de San Eugenio. Esta institución religiosa estuvo ubicada en el sitio de La Palma, por lo que en los datos de su primer libro de finales del siglo XVIII, se enuncia; “Libro en que se asientan los bautizos de la Parroquia San Eugenio de la Palma”, pero, a pesar de ello, no existe hasta el momento evidencia alguna de la interpretación escultórica del santo durante aquel período.

Sin embargo, en un inventario realizado a finales del siglo XVIII, no solo se describe la pobreza del templo, sino que se apuntó que había una imagen de busto de la Virgen de la Caridad.

Cachita, la Virgen Mambisa de Cuba

La Patrona está involucrada indiscutiblemente a la historia patria, pues acompañó a las tropas mambisas en las guerras contra la colonia española. La bandera y el escudo, como símbolos de la nación cubana, también estuvieron acompañando la fe en la independencia de Cuba en los momentos más gloriosos de nuestras luchas. Como resultado, se le han aplicado variadas soluciones de los símbolos patrios cubanos a su tradicional vestuario.

El espíritu de todo lo que resumen estas mismas imágenes provenientes de la unión de la fe y el patriotismo —la Virgen de la Caridad, el Himno Nacional, la Bandera y el Escudo— resulta sublime disfrutarlo en el tema musical Virgen mambisa, interpretado por la Schola Cantorum Coralina.

Múltiples estampillas exponen la continua atención a este legendario cuadro religioso en cubanísimos textos, colores y texturas musicales; tal es el caso del Trío Matamoros, el que, entre los reconocidos encantos del Oriente de Cuba, le ofrendó: “Y si vas al Cobre, quiero que me traigas una virgencita de la Caridad, y si vas allá, donde está Cachita, tráeme una estampita para mi mamá. Y si vas al Cobre quiero que me traigas una Virgencita de la Caridad y si vas al Cobre tráeme una estampita, que sea bendita, de la Caridad”.

Las imágenes orales afianzadas por la visualización de la historia contada refuerzan la creencia. Entre tantas impresiones de estampas destaca la que fue bendecida en el Arzobispado de La Habana, en enero de 1952, por Su Eminencia Manuel Cardenal Arteaga; la impresión de la misma fue hecha en La Habana como cortesía del jabón embellecedor Palmolive, con motivo del Centenario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba.

Creadores plásticos y audiovisuales cubanos, desde el siglo pasado, han abordado —junto a otras variantes religiosas—, múltiples interpretaciones de su imagen: el filme La Virgen de la Caridad, de Ramón Peón; los girasoles de Flora Fong; los reales e inverosímiles botes y remos de Kcho; entre tantos otros.

Es decir, los artistas han apelado a las posibilidades expresivas que permiten, además, la interpretación de la Patrona de Cuba en los cultos sincréticos afrocubanos como Ochún, la diosa del amor y del dinero, dueña de las aguas dulces.

Fantasía con la virgenFantasía con La Virgen. Bárbaro Toranzo

En el ámbito cultural avileño, esta arista de la espiritualidad cubana también ha sido interpretada, el caso de la revista Imago de la Diócesis Católica, fundada en 1997 con el concurso también de algunos poetas, esta ha publicado selecciones de décimas que reúnen tanto a improvisadores como a escritores, como resultado del Concurso de Décimas a la Virgen que convoca habitualmente.

La revista Videncia, de la Dirección Provincial de Cultura —fundada en 1998—, dedicó uno de sus números de 2012 a la celebración de la Patrona. Por ello, esa edición logró publicar poesía, resultados de investigación cultural referida al tema, entre otros.

La Antología de la Décima Cósmica de Ciego de Ávila (2002) recopiló obras de los exponentes del género, desde sus respectivos estilos, y en su portada este libro muestra De altares y transiciones, una versión moderna de La Virgen, pintada al óleo por el avileño Nelson Gómez Madero.

Bendita seas fue una exposición colectiva que reunió a ocho artistas avileños en la galería Azagaya, sita en la sede del Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

En esta, Nelson Gómez Madero, a través de la técnica del óleo sobre lienzo demostró dominio técnico y cómo la integración de las ideas y las formas develaron la obra Virgen around.

inter 3 altares y transicionesDe altares y transiciones. Nelson G. Madero

Un canto con énfasis en la calabaza como ofrenda, Bendice la luz con la vida, de Darlin Astengo Ríos, muestra una calabaza-ofrenda, donde el color amarillo traduce cuestiones vinculadas a la transculturación.

Salvación, de Bárbaro Toranzo Gordillo, es un trabajo a espátula en el que la embarcación es representada por la visitación de la libélula, mientras el cielo se pintó de rojo.

Con La tota Pulchra, de Jorge Báez, la ciudad se hace Virgen cargando a su Hijo. La Madre es una ciudad global abrazando a su descendiente futuro, coronada e iluminada con la aureola de las esperanzas marítimas, terrenales, y cósmicas.

Los restantes artistas aportaron desde sus inquietudes plásticas al encuentro, como Eduardo Molné, con su lienzo.

Maylén Candelario, con Ofrenda, a través del trabajo en cera amarilla, se convirtió en el elemento concéntrico; además de resultar un candelabro escultórico que rompe con los presupuestos tradicionales, pues proporcionó no solo la iluminación de la cual la Patrona era merecedora, sino que, además, la incorporación a su alrededor del girasol al natural, permitió a los presentes participar en el hecho artístico: cada quien tomó de esas flores y las colocó a las obras que, de una manera u otra, alababan a la Virgen del Cobre.

El collage de Pedro Quiñones Triana y la fotografía de Humberto del Río, con sus representaciones Homenaje y Ruega por nosotros, respectivamente, completaron la intención del encuentro.

A través de todo este recorrido, constatamos que las condicionantes económicas, políticas y sociales, tanto como las prácticas religiosas, han generado gustos estéticos variados que marcan cada época. Así ha sucedido también con las decisiones creativas de los artistas vinculados a la re-creación de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre.

Virgen de la CaridadjpgVirgen de la Caridad. Silvia Fe Portal


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