100 años de la radio avileña: La historia todavía se está contando

La radio en Ciego de Ávila cumple sus primeros 100 años. Recorremos brevemente la historia de ese suceso

Recién comenzaba el año 1924. Aquel febrero resultó más frío que lo acostumbrado, sobre todo para los que no tenían un techo, una cobija y un pedazo de boniato con que mantener el estómago caliente. Había terminado la Danza de los Millones, y el país se adentraba en una aguda crisis.

De las vacas gordas solo quedaba el recuerdo, y en el palacio presidencial, Alfredo Zayas disponía del destino de la República, según los vientos que llegaban del norte.

Hacía ya dos años que en La Habana la radio dejaba de ser un asombro, y comenzaba a formar parte de la cotidianeidad citadina. A través de los primeros radiorreceptores, se podía escuchar una criolla de Casas Romero, una zarzuela española, un danzón, un vals, e incluso, saber si esa tarde iba a llover.

Dos años antes, cuando en la capital se inauguraba la primera estación oficial de radio, la PWX, en Ciego de Ávila un radioaficionado, el doctor Eduardo Valdés Figueroa, daba acuse de sintonía a la transmisión originada desde el despacho del presidente Zayas. Justamente Valdés Figueroa sería quien introdujera el nuevo invento en el territorio avileño.

El 14 de septiembre de 1923, en la reunión ordinaria del Ayuntamiento, presidida por el alcalde José María Cabrera, el segundo punto en la agenda fue el análisis de una petición formulada para instalar en la glorieta del parque Martí una estación radial.

En esa misma sesión, pidió la palabra el concejal Librado Aguilar y dio lectura a la misiva del administrador del Diario de La Marina que también pedía un espacio para montar una planta de radio, y aunque no decía que deseaba se instalara en la glorieta, sí especificaba que debía estar en el parque Martí. Terminaba el empresario exigiendo derechos de propiedad por el espacio, por un tiempo no menor de 30 años.

Como resultado, quedó dispuesto que se le entregara al doctor Valdés Figueroa, no la glorieta, sino el espacio entre la iglesia y el Ayuntamiento. Pero él no aceptó tal propuesta y decidió instalar su planta transmisora en su propio negocio, la Farmacia Central.

El sábado 2 de febrero de 1924, los avileños corroboraron, al leer la prensa, lo que se comentaba en la ciudad desde hacía varios días. A las 9:00 de la noche del domingo saldría al aire la primera emisión de la primera estación radial de Ciego de Ávila, la 7BY.

Por muchos años, fue la única de la ciudad e impuso un grupo de récords a todas las radioemisoras locales. Se dice que su dueño, la utilizó para promover las ventas de su farmacia, y que era común que las personas que la sintonizaran pasaran por la farmacia a dar acuse de recepción y recibir regalos diversos, entre los que podían estar desde medicinas hasta las famosas cuchillas de afeitar de la marca Gillette.

Valdés Figueroa no fue un magnate de la radiodifusión, pero supo enseguida cuántos beneficios podía reportar el nuevo invento, una suerte de asombro para la tranquila ciudad de Ciego de Ávila.

Un siglo después, podemos decir que ese asombro se ha transformado en esencia de esta tierra, que parió con el tiempo las mejores voces escuchadas alguna vez a través de la radio. Y como asombro al fin, con su increíble ADN de ave Fénix, sigue motivando preguntas entre los más inocentes, al estilo de “¿y cómo la gente se mete adentro?”.

En realidad, lo que se cuela entre alma y pasión es la radio, ese “bichito” de las madrugadas con música romántica o de tonadas campesinas al amanecer. Su instantaneidad, la cercanía con el oyente, la sensación de estar acompañados en todo momento.

Valdés Figueroa no podía imaginar que aquella porfía con el Ayuntamiento sería el primer capítulo de una historia que cumple hoy sus primeros 100 años y, por eso mismo, todavía se está contando.


Escribir un comentario


Código de seguridad
Refrescar