Hace 60 años, con igual algarabía y solemnidad, una caravana de barbudos llegó a las calles de Ciego de Ávila y, entre aplausos y vítores, anunciaron un país nuevo, antes de continuar la marcha que los llevaría hasta la capital.
En esta ocasión no hubo barbas, pero sí uniformes y la misma certeza que los condujo al triunfo, cuando 60 jóvenes y otros tantos pioneros vistieron el verde olivo y recordaron la epopeya histórica con idéntica satisfacción y orgullo al reeditar la Caravana de la Libertad. Ciego de Ávila los saludó y el homenaje se perpetuó.
La marcha por el territorio fue solemne
Los vítores y aplausos se conjugaron con la alegría de los caravanistas
Los héroes de la lucha, también, acompañaron la caravana
Un mar de pueblo los recibió en Ciego de Ávila
Las banderas ondearon gloriosas
Las nuevas generaciones resultan el digno relevo y la continuidad
60 jóvenes uniformados recordaron a los guerrilleros de entonces
El saludo del pueblo y el orgullo es la mejor recompensa