Palabra empeñada

Manuel Antonio Leyva Vázquez, vecino de calle Cuarta, entre Serafín Sánchez y Bembeta, en la ciudad capital, el pasado año escribió a la sección Sin rodeos y la nota con su queja se tituló Llega hasta la mitad (17 de agosto). Estaba preocupado por su problema con el agua. Se había entrevistado, personalmente, con algunos directivos de Acueducto y Alcantarillado, y no se resolvía la entrada del vital líquido hasta su cisterna, pues, al parecer, el tubo “tiene una desviación, lo que impide que llegue a algunas casas”.

En Se solucionó (5 de octubre) publicamos la respuesta de Yorgi Luis Gómez Solano, director adjunto de la Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillado, explicando que “persiste la crítica situación con el agua en la calle Cuarta, entre Serafín Sánchez y Bembeta, se tomó la decisión de incorporarlos a un ciclo de agua en carro cisterna de 7 a 10 días, para la actual etapa”.

Manuel fue visitado, incluso, por dos compañeros de esa entidad, que le dieron su palabra de que se solucionaría el problema, se cumpliría el ciclo y, más temprano que tarde se resolvería, definitivamente, la situación del tubo desviado.

Pero resulta que, a estas alturas del año 2025, ni lo uno, ni lo otro. “En reiteradas ocasiones he llamado a Acueducto y Alcantarillado, y, aunque me escuchan, no traen las pipas de agua.

“El martes 11 de febrero, yo que tengo 78 años y serios problemas de salud, fui hasta la Empresa Municipal de Acueducto y Alcantarillado y, luego de una larga espera, en la que pude apreciar desorganización en la coordinación del trabajo de los operarios que manipulan las válvulas, y además, que entre ellos se faltan al respeto y se dicen palabras obscenas, sin importarles quiénes estábamos allí, fui atendido por Leonardo, quien dijo ser el jefe de Operaciones de la entidad.

“El compañero escuchó mi problema y me aseguró que ese mismo día vendría la pipa; sin embargo, han pasado más de 13 días y aún la estamos esperando.

“Llamé a la Oficina de Atención a la Población del Poder Popular Municipal, me atendieron con mucha amabilidad. También me dijeron que atenderían mi queja, pero hasta hoy no hemos tenido solución.

“En mi casa somos dos personas mayores de más de 78 años de edad. Yo en recuperación de un infarto, y mi esposa tiene fibromialgia y recientemente sufrió quemaduras en una pierna.

“Subsistimos gracias a nuestros vecinos, ellos nos facilitan agua para tomar y, en ocasiones, hasta nos ayudan a cargarla desde el Hospital Doctor Antonio Luaces Iraola.

“Comprendemos la falta de recursos que hay, por la situación económica que vive el país, pero el agua nos es necesaria para todo, y una pipa, al menos, cada 10 días, pudieran traerla a nuestra cuadra; al menos esa ha sido la palabra que han empeñado con nosotros las autoridades que nos han atendido; lo que hace falta es que la cumplan”.

Huelgan los comentarios ante esta situación que afecta no solo a estos adultos mayores, sino a los vecinos de toda una mitad de la cuadra, como se decía en el escrito publicado anteriormente.


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