Oídos sordos

Gonaidis Verdecia, Osvel Santos y Yenier Vargas viven en calle J, entre 1 y José Antonio Echeverría, en el Consejo Popular Alfredo Gutiérrez Lugones Lugones, los que han presentado varias quejas a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado por tupiciones en sus viviendas hace más de un año y hasta la fecha carecen de solución.

“Sin respuesta, en ocasiones, y sin solución en otras —nos comenta en su misiva Osvel—, por ejemplo, en mi caso, me presenté allí en el mes de marzo, para plantear la situación, en nombre mío y de todos los vecinos.

“Allí fui atendido por la compañera Anyeline, quien presta Atención a la Población (planteamiento No. 263), pero de ese encuentro no obtuve respuesta, y volví los próximos tres meses consecutivos, indistintamente, y fue el 29 de junio que se presentaron los compañeros con una retroexcavadora y el carro succionador de aguas residuales.

“Después de abrir dos huecos e intentar destupir, el compañero de la retro recibió una llamada telefónica y se retiró del lugar dejando las excavaciones abiertas, las que ahora son criaderos para mosquitos”.

Las gestiones fueron múltiples por estos vecinos, pues Yenier se presentó también en el Poder Popular Provincial y “la compañera de Atención a la Población realizó una llamada a la entidad de Acueducto, pero los directivos estaban reunidos y mi queja quedó inconclusa”.

Posterior a esta gestión, Gonaidis se dirige al Poder Popular Municipal donde le informaron que la retroexcavadora estaba rota.

“Entonces saqué cita para un despacho con el vicepresidente Alfredo, y, al plantear la situación, dijo que se reuniría con los compañeros de Acueducto y que daría una respuesta, la que hasta la fecha jamás nos han dado.

“Toda esta situación se ha agravado con las lluvias, ya suman más de seis viviendas con tupición, y lo peor, con entrada de aguas albañales al interior.

“El día de 5 de julio, me personé, una vez más, en el Poder Popular Municipal, para insistir en lo de la tupición, donde fui atendida por la compañera Emilia Santos Rayas; ella se comunicó con la compañera Anyeline, y esta le respondió que en ese momento no había disponibilidad de combustible, que, apenas hubiera, el caso tenía prioridad.

“Y automáticamente me dirigí para la Dirección Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, por la presencia de mosquitos en nuestro entorno y la preocupación de enfermarnos, máxime en mi caso personal, pues tengo una niña de 11 meses de nacida, la cual es prematura y con presencia de problemas de salud.

“Me atendieron en el área de Atención a la Población, pero obtuve una respuesta burocrática, primero, que ellos no tenían que ver con eso, y luego, que hiciera una carta y la presentara en el área de Higiene para tramitar la queja, lo real es que seguimos en las mismas”.

Toda esta demanda colectiva nos lleva a una sola reflexión, y es que han sido víctimas de oídos sordos; esperemos que tengan la suerte de que muchas miradas no hagan caso omiso y se sensibilicen, y que la grave situación reciba la atención que debió tener desde el principio.


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