En un contexto mundial caracterizado por la presencia de una pandemia como la COVID-19, es inhumano aplicar sanciones que atenten contra el normal desarrollo del país.
El brutal bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba se ha recrudecido en los últimos años y afecta a todos los sectores de la vida de nuestra nación.
Ciego de Ávila cuenta con la Empresa de Cepillos y Artículos Plásticos Juan Antonio Márquez (CEPIL), cuyos trabajadores producen, entre otros renglones, medios de limpieza que son empleados en hospitales y centros de aislamiento no solo en el territorio avileño, sino en toda Cuba, como parte de su aporte al combate de la COVID-19.
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Hasta estos obreros llega este criminal cerco. Oscar Morales Jiménez, director general de la entidad, hace énfasis en que “nos afecta en la adquisición de piezas de repuesto, CEPIL es una fábrica única de su tipo en el país, por ello la compra de piezas de repuesto se hace muy difícil, son proveedores europeos muy acechados por la ley Helms-Burton.
“Llegamos a tener cinco máquinas paradas por piezas de repuesto, tratamos de burlar el bloqueo por terceros países, lo que nos encarece la adquisición de estos.
“También tenemos afectaciones en la adquisición de materia prima. Por ejemplo, en Colombia, Brasil, México y Panamá producen un monofilo para los cepillos y las escobas de muy buena calidad, pero tenemos que adquirirlo en el mercado asiático, que es más distante y tenemos que pagar el flete.”
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