Pedro Infante: símbolo de la mexicanidad

De cantantes y actores mexicanos pudieran escribirse cientos, miles tal vez, de cuartillas. Pero hoy, sin imponerles mis preferencias personales, quiero ofrecerles a los lectores de esta sección semanal un somero esbozo de la breve trayectoria vital del afamado actor y cantante de México conocido internacionalmente como Pedro Infante (1917-1957), cuyo nombre de bautismo era José Pedro Infante Cruz.

En sus inicios, fue un aprendiz de carpintero común y corriente, que pronto se divorció de clavos, tornillos, serruchos y martillos. Con apenas pocos años, adquirió nociones elementales de música. Se sabe de su integración a un conjunto musical. Ya probaba la suerte en los escenarios.

Fue en una radio-emisora local, la XEB, donde inició una incipiente carrera musical en el rol de vocalista. Lo real es que su primer disco salió de las prensas en 1943. Especialistas en su obra artística precisan que ese fue su primer y relativo éxito. Así comenzó a sonar su nombre.

Diversas fuentes lo catalogaron como un especialista en el gustado género de las rancheras. Vale aseverar que Infante grabó unas 300 canciones, muchas de las cuales aún gozan de popularidad entre los amantes de la música del bravío México. Y no solo en esa tierra de mariachis, sino por distintos lares de la geografía latinoamericana y mundial.

En este punto de la narración debo decirle a mis amables lectores que no obstante su temprana muerte —tenía 40 años— debido a un accidente de aviación, que provocó inenarrables muestras de dolor, sus canciones y sus películas forman parte del patrimonio musical de su país, donde se le recuerda con total devoción.

Muestras de ese gran cariño son estos dos fragmentos aparecidos en varios informativos: “Su interpretación de papeles en los que encarnaba varoniles y mujeriegos personajes de charro (…) así como su ejemplar personificación de las gentes humildes, pero llenas de valor y a la vez que sentimentales y nobles le valieron la aceptación del gran público, que lo convirtió en el símbolo por antonomasia de la mexicanidad”.

Soy —lo confieso públicamente— un amante de la música de ese hermano pueblo; también me gustan otras: la mía, la española, la latinoamericana, etcétera. Y guardo con celo un CD titulado Rancheras del siglo, contentivo de 12 de esos temas, entre estos Ella, Cucurrucucucú paloma, Copa tras copa, Fallaste corazón y Qué suerte la mía.

Y de sus películas, pues les digo que aún hacen historia títulos tales como Jesusita en Chihuahua, Cuando habla el corazón, La ametralladora y qué decir de Escándalo de estrellas.

La biografía de este querido actor y cantante se enriquece con una serie de películas ya como protagonista absoluto, que fueron creadas especialmente para el lucimiento personal y puestas al servicio de sus dotes musicales.

En ese grupo figuran Cuando lloran los valientes, Soy charro de Rancho Grande, Nosotros los pobres, Ustedes los ricos, A toda máquina y Dos tipos de cuidado, así como la muy gustada Escuela de vagabundos.

Sepan que en 1956 obtuvo el Premio Ariel, a la mejor actuación masculina, por La vida no vale nada. Tras su fallecimiento, fue estimulado su papel en Tizoc: Amor indio con el Oso de Plata en el Festival de Berlín, y el Globo de Oro de Hollywood en 1957 y 1958, respectivamente.

Curiosidades

• Conozca que el proverbio latino Bis dat qui cito dat significa que “Quien da pronto da dos veces”, o que, quien hace un favor, muy pronto merecerá doble agradecimiento del favorecido.

• Existe la teoría de que todas las razas humanas descienden de un tipo único. La sustenta la doctrina antropológica denominada monoganismo.

• Si le gustan los refranes y, sobre todo, conocer qué significan, ahí les dejo esta joyita: “Tan pronto se va el carnero como el cordero”. Este estuvo en boga hace ya muchísimo tiempo. Significa que no hay que fiarse de la mocedad, debido a que tan pronto se muere el mozo como el viejo.

• Sepan, amigas y amigos que gustan leer estas brevísimas cápsulas, que la elaboración de papel reciclado ahorra tres veces más energía que si se produjera con pasto o pulpa de madera.

• En sentido figurado, se le dice energúmeno a la persona que manifiesta sus sentimientos con ademanes furiosos y discursos exaltados.


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