Mayo, amables internautas, es un mes cargado de emociones. Sí, es que se celebra el Día de las Madres en muchos países y, también la victoria soviética sobre el holocausto que fue el fascismo, ¡80 años ya, y parece que fue ayer!
Durante aquella gesta, muchas mujeres, hermanas, esposas, hijas y madres, dejaron sus comodidades para luchar y defender a la madre de todos: la patria. Algunas perdieron hasta sus hijos en ese empeño. Hoy hablaremos de Mariya Vasílyevna Oktyabrskaya, de soltera Mariya Vasílyevna Garagulia (1902-1944), la primera tanquista soviética, combatiente de esas unidades.
Nacida en una numerosa familia campesina, en el pueblo de Kiyat, cerca de Sebastopol, en la región de Crimea, estudió hasta el sexto grado, luego trabajó en la fábrica de conservas y como operadora en la estación telefónica local.
Conoció al cadete Ilyá Fedótovich Riadnenko y contrajeron matrimonio, tomando la pareja el apellido de Oktiábrskiy (en español Octubre) en honor a la revolución del mismo nombre. Ilyá Fedótovich Oktiábrskiy participó en varias contiendas bélicas como comisario militar de regimiento y Mariya, quien lo acompañaba a cada destino militar, leía con denuedo; así se inició en las artes de la guerra.
Según el portal cubano Ecured, aprendió a utilizar a la perfección una ametralladora, un fúsil, un revólver y otras armas de fuego. También conducía y completó cursos de ayuda médica. Participó, además, como cantante en los círculos de aficionados del Ejército Rojo, porque decía:“Cásate con un soldado y sirves en el ejército: la esposa de un oficial no es solo un título orgulloso, sino también un título responsable”.
Sepan, amigos de la Gran Red de Redes, que cuando inició el ataque nazi a la Unión Soviética, su marido fue al Frente y ella, evacuada. Entonces, trabajó de telefonista en una academia de artillería desde Leningrado.
Se conoce que, en la única carta que le enviara Ilya Fedorovich desde el frente, le asegura: “Creo que la victoria es segura, vamos a destruir a los nazis”. Pero él no pudo llegar a ver esa victoria, pues cayó bajo el fuego de ametralladoras enemigas. Mariya, tampoco, con gran dolor, decidió partir al frente..
En reiteradas ocasiones, solicitó ser enviada al frente de combate, lo que le fue negado, por su edad y la tuberculosis cervical que padecía. Pero no se conformó, vendió todas sus propiedades y objetos de valor y junto a su hermana se dedicaron a bordar, logrando reunir ¡50 000 rublos!, para la fabricación de un tanque T-34.
Cuando fue depositado el dinero en el banco, fue capaz de escribirle una carta al mismísimo Stalin, que decía: “Mi marido ha muerto en los combates por la patria. Por su muerte, por la muerte de todos los soviéticos torturados por la barbarie fascista, deseo vengarme (…), ingreso en el banco público todos mis ahorros personales (…) para la fabricación de un tanque. Solicito que el tanque se llame “Compañera de Armas’ y yo sea destinada al frente como su conductora. Tengo formación (…), manejo de forma excelente la ametralladora y he sido nombrada Tiradora de Voroshílov”.
Stalin le agradeció el aporte en su respuesta y le prometió que su deseo sería cumplido. Comenzó así, amables lectores, su formación como tanquista en la Academia de Tanquistas de Omsk, y, una vez graduada, se convirtió en la primera mujer conductora de tanques del país.
Agreguen a su acervo que la tripulación inicial del “Compañera de Armas” la componían: el comandante de la Guardia subteniente Piotr Chebotkó, el tirador de torreta de la Guardia sargento Guennádiy Yaskó, el tirador y operador de radio Mijaíl Galkin, y la conductora de tanque del 2º Batallón de la 26.ª Brigada del 2º Cuerpo de Tanques de la Guardia Soviética, sargento Mariya Oktiábrskaya.
El “Compañera de Armas” logró —durante sus primeros combates— destruir un cañón antitanque y eliminar alrededor de 30 soldados y oficiales alemanes, pero sufrió averías.Mariya, herida, permaneció dos días en el tanque, sitiado bajo fuego enemigo, hasta que lograron evacuarla y trasladarla a la sección médico-sanitaria.
Participó en muchos otros combates, el último sería en la zona de la estación de Krynki, Óblast de Vítebsk. Allí Mariya aplastó con su tanque tres nidos de ametralladoras y con ellas a unos 20 soldados y oficiales enemigos.
Un proyectil enemigo destrozó la rueda de transmisión delantera izquierda del “Compañera de Armas”. La conductora, quien aun en medio del combate salía a reparar las orugas y así continuaba combatiendo, fue alcanzada por el fragmento de una mina que la hirió en un ojo.
Conozcan que fue operada en el hospital de campaña y, posteriormente, trasladada por aire al hospital del frente, situado en Smolensk. El fragmento de la mina le había atravesado el ojo y llegado hasta el cerebro; su estado de salud empeoró y falleció. Fue enterrada en el Paseo a la Memoria de los Héroes, en la ciudad de Smolensk,con honores militares.
Calificada como guerrera audaz e intrépida, recibió el título póstumo de Héroe de la Unión Soviética, la Orden Lenin y la Orden de la Gran Guerra Patria.
En memoria de Mariya Vasílyevna Oktyábrskaya, el colegio nº 24 de Tomsk lleva su nombre. En Smolensk, Dzhankoy y Liozno hay calles que se nombran como ella, y en la estación de ferrocarril de Krynki, Óblast de Vítebsk, lugar de su último combate, se instaló un monumento con una inscripción: “Aquí, en enero de 1944, la gloriosa patriota soviética, Heroína de la Unión Soviética, tanquista Mariya Vasílyevna Oktyábrskaya, destrozó con arrojo al enemigo con el tanque ‘Compañera de Armas’ y encontró la muerte de los valientes en el combate con los invasores fascistas”.
Sus compañeros de armas prometieron que, en su memoria, llegarían hasta Berlín y junto a su brigada, el tanque “Compañera de Armas” llegó hasta Königsberg. Aunque no lo hicieron con el primer tanque fabricado con el aporte de Mariya. Varios, nombrados “Compañera de Armas”, hicieron el recorrido hasta Alemania, pues cuando uno era abatido otro tomaba su nombre.
El colectivo de mujeres de la fábrica de pasta y pan de Sverdlovsk compró con sus ahorros un T-34 y le puso también “Compañera de Armas”; éste, fue averiado en la batalla de Kursk y las trabajadoras volvieron a reunir dinero para otro tanque, al que volvieron a nombrar “Compañera de Armas”. En la batalla de Lvov, su tripulación acabó con 11 tanques y al menos dos batallones de infantería enemiga.
Terminada la guerra, continuó la tradición de llamar “Compañera de Armas” a los tanques en el 68º Regimiento de Tanques de la Guardia.
Sepan, amables internautas, que, además de la sargento de la Guardia M. V. Oktiábrskaya, hubo otras mujeres tanquistas en Rusia, las que, al igual que ella, se convirtieron en ejemplo de heroicidad al luchar sin descanso en defensa de su patria y a quienes rendimos sencillo homenaje a 80 años de la victoria contra el fascismo.
Curiosidades
• De 1933 a 1945, la Alemania nazi y sus aliados construyeron miles de campos de concentración. Según diversas estimaciones, por ellos pasaron entre ¡18 y 20 millones! de personas procedentes de 30 países: opositores al régimen nazi, prisioneros de guerra, judíos, gitanos y otros. Alrededor de ¡12 millones! de ellos fueron torturados, asesinados y quemados en cámaras de gas. Se estima que alrededor de ¡cinco millones! de víctimas eran ciudadanos de la Unión Soviética.
• El 8 de septiembre de 1941 empezó el sitio de Leningrado, que se prolongó por ¡872 días! y causó la muerte a más de un millón de personas.
• La batalla de Stalingrado duró nada más y nada menos que ¡200 días y 200 noches! Las fuerzas nazis superaban a las soviéticas en número de personas ¡1,7 veces!; en artillería y tanques ¡1,3!; y en aviones en más del doble. En las cercanías de la ciudad murieron, ¡480 000! personas y los heridos sobrepasaron la cifra de ¡500 000!
• En abril-mayo de 1945, las unidades del Ejército Rojo derrotaron a los últimos grupos de nazis en las batallas de Berlín y de Praga. La guerra en Europa había terminado. El acta de rendición incondicional de Alemania se firmó el 8 de mayo de 1945.
• Sepan las amigas y amigos que gustan de estas breves cápsulas del saber que la Gran Guerra no solo fue un río de sangre, sino que cambió por completo la geografía de Europa, pues se dijo adiós al imperio Alemán, al Otomano, al Austro-Húngaro y a la Rusia de los zares.