Ella fue una de las personas más importantes de su época, la más productiva y entre las figuras destacadas en el abordaje del Manierismo y el Renacimiento. Se trata de la artista del pincel Lavinia Fontana (1552-1614).
Lavinia fue una pintora italiana del primer barroco y una de las tres más importantes de la época que le tocó vivir, también de las más productivas; se le inscribe en los períodos que van desde el Manierismo hasta el Renacimiento italiano.
Fue introducida al arte y formada por su padre, el también pintor Próspero Fontana, de la escuela de Bolonia, quien le enseñó oficio en su taller. El estilo de la joven, según los entendidos, fue muy cercano al de su progenitor: el Manierismo tardío.
Desde muy joven se hizo nombre como pintora en su gabinete de trabajo, de obras de un formato pequeño, sobre todo de retratos. Como dato curioso se consigna que en aquel tiempo la mayor cantidad de féminas pintoras habían aprendido de sus padres y, además, que muchas contrajeron nupcias con otros pintores de los mismos talleres.
Lavinia no fue la excepción. Se casó a los 25 años con Gian Paolo Zoffi, del taller de Próspero. El joven era de noble familia, con quien tuvo ¡14! hijos, ambos se ayudaban mutuamente y compartían labores hogareñas. Gian Paolo, según se dice, le ayudaba a rellenar los fondos de sus obras.
Se conoce que al morir el padre la pintora se mudó a Roma; allí fue nombrada pintora oficial de la corte del Papa Clemente VIII. De igual forma, la seleccionaron miembro de la academia de San Luca, además recibió el mecenazgo de la familia Boneampagne.
Cuando el sumo pontífice Clemente falleció, Lavinia fue designada pintora de la corte del Papa Paolo V.
Fue, junto a Sofonisba Anguissola, una de las artistas femeninas más reconocidas en el Renacimiento. Se sabe que trabajaban en el mismo contexto, al igual que los pintores del sexo masculino, incluso aceptaban encargos y se mantenían de las ganancias que obtenían como artistas del pincel.
Como aspecto muy destacado aparece el hecho de aportar la mayor producción lograda por una mujer antes del siglo XVIII. Hay documentadas más de 135 obras suyas y se conservan firmadas unas 32, localizadas en distintos museos y colecciones.
Lavinia Fontana fue muy famosa en Bolonia, fama que se extendió por toda Italia. Su renombre se debe, sobre todo, a la excelencia que logra en sus retratos.
La Fontana fue objeto de varios reconocimientos, En 1611 se acuñó una medalla en su honor, hecha por el escultor Felipe Antonio Casone, que la representó de perfil en el envés, y frente a su caballete en el reverso, y fue admitida en la academia de Roma.
Se conoce que ella llegó a pintar desnudos, tanto masculinos como femeninos, en obras religiosas y mitológicas de gran formato, hecho que era catalogado como excepcional en las pinturas de pintoras femeninas.
Entre sus obras tienen merecido destaque las tituladas: Retrato de la familia Gozzdini, Autorretrato tocando la espinola, Cristo con los símbolos de la pasión, Retrato de Antoniette Gonzalvus, Cupido, Venus y Marte, y Virgen adorando al niño durmiente.
• Exacto es el que hace las cosas inmediatamente, sin demora o, como suele decirse, con mucha propiedad y energía, en el acto. Puntual es el que hace las cosas oportunamente, en sazón, o como solemos decir también, muy castizamente, a punto, no lo olvida; es exacto, domina la relación de acción; es puntual, la relación de tiempo.
• La fabricación de la seda artificial se debe al ingenio del químico e industrial francés Hilaire de Chardonnet (1839-1924).
• Grandes terremotos han quedado en los anales históricos de la humanidad. Entre estos se recuerdan los que acaecieron en febrero de 1783 en las regiones de Calabria y Sicilia, que causaron la muerte a miles de personas.
• Agregue a su acervo este dato: Seterar se denomina al acto de seleccionar una persona entre siete.
• “Los hombres se rigen por las líneas del intelecto y las mujeres por las curvas de la emoción”, inteligente sentencia del novelista y poeta James Joyce (1882-1941).