• “No hay palabras, solo música”, sentenció el genial músico Antonio Lucio Vivaldi (1678–1744) compositor, violinista, profesor, empresario, concertista y sacerdote católico italiano.
Los entendidos lo catalogan como uno de los compositores más prolíficos. De su autoría se registran unas 46 óperas y más de 400 conciertos, entre las más de 700 obras que legó para la posteridad.
El más famoso de los conciertos del genial compositor lo es el archiconocido como Las cuatro estaciones. En realidad, se trata de cuatro conciertos, con una intención claramente pictórica, pues los instrumentos tal parece que describieran el paisaje: los pájaros, el arroyo, el fuego…
Vivaldi nació en el seno de una familia de músicos y para darle curso a su vocación se ordenó sacerdote católico. Se ganó el apodo de El cura rojo, debido al color de su pelo. Es conocido que ofreció pocas misas y que no demostraba mucho interés en la vida religiosa.
• Sepa, amigo internauta, que con la voz Duho o Dujo, nuestros aborígenes identificaban un asiento hecho de madera o de piedras, que a veces semejaba la figura de un animal.
• Hallar, es dar con una persona o cosa sin buscarla; sin embargo, encontrar es dar con esa misma persona o cosa que se busca.
• El mundo pierde cada año la cantidad suficiente de calor como para derretir cinco kilogramos de hielo, por cada metro cuadrado de su superficie.
• Si usted se llama Gaudencio, conozca que su nombre procede del latín, y que significa regocijante.
• Las abejas obreras son hembras estériles. Esos beneficiosos insectos tienen, en la mayoría de las veces una vida que solo dura, si no les ocurre ningún percance, seis semanas.