Un proyecto de desarrollo local convierte al bambú en objetos utilitarios ecológicos y sostenibles
Claro que a Carlos Eduardo González González le han dicho que no en la vida. Como a todo el mundo. Le pusieron por delante todos los peros, cual si fuera una carrera con obstáculos, y hay que ver cómo este guajiro de ojos azules y artista sin papeles los ha saltado uno por uno, sin que le falte el aliento o pierda el paso.
A ver, no ha sido tan sencillo, así como se escribe ahora, después de habernos sentado un mediodía en un parque, a una distancia segura para ambos, y me contara qué hizo siempre cuando le dijeron “no se podrá”, “es muy difícil”, “no tienes probabilidades de lograrlo”.
“Pero si tú ves que a tu hija en situación de discapacidad se le acaban las opciones en el pueblo de donde eres, ¿qué harías?”. Probablemente, lo mismo que él: dejar detrás una vida hecha y derecha en Limones Palmero, en las entrañas de Majagua, para probar suerte en la cabecera provincial, buscando que su retoño tuviera horizontes, como los tuvo.
El proyecto aún no tiene una sede única, emplean el espacio de las casas de sus integrantes
Por eso no termina aún de construir su casa, porque hay cuentas que uno no saca y toma decisiones con el corazón más que con el bolsillo, y si tiene que escoger entre comprar un par de zapatos o repellar una pared, el repello sigue esperando. Ahora, mientras un nuevo proyecto cosecha otros no y otros peros, Carlos Eduardo sabe que no se equivocó.
Con esa convicción ha ido sumando a gente como él, gente que mira al bambú y ve arte, tejidos, utensilios, comida. Si se escribe Bambú Fénix en el buscador de Facebook aparece un pequeño video promocional y su página oficial, y si vamos a la plataforma EnZona, su tienda virtual. Como saben lo que quieren, van paso a paso, aunque con ambición.
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Dice Eduardo que lo de Fénix viene porque su proyecto de Desarrollo Local rescata y renace viejas iniciativas que no solo en Ciego de Ávila, sino en otras provincias del país, tomaron al bambú como materia prima e inspiración de emprendimientos, algunas de ellas quedadas en el camino. También porque otra línea de trabajo, recién aprobada, persigue recuperar viejos barriles de ron y devolverles vida útil.
¿QUIÉNES SOMOS? En tres frases claves: Avileños de pura cepa, Proyecto de desarrollo Local, producciones con bambú. Para mayor información, no dude en ver el video completo.
Posted by BambúFenix on Tuesday, July 27, 2021
Estos no son sueños de Eduardo y su tropa de 20 entusiastas. Cada escalón tiene respaldo teórico y legal y, como el bambú o los buenos rones, ha tardado en madurar, unas veces más de lo esperado. Ellos quieren cerrar el ciclo y han solicitado tierras para sembrar la planta de la que se puede aprovechar todo. Lo saben porque han estudiado.
Bambú Fénix no quiere aplicar barnices ni punturas, para mantener los productos en su condición ecológica y sostenible
“Tenemos identificados más de 15 plantones de bambú aquí en Ciego y hemos solicitado los permisos para ir podándolos, porque no se deben cortar. Además, hemos establecido contacto con otras regiones del país como Holguín, Villa Clara y el Jardín Botánico de Cienfuegos. Solicitamos, asimismo, una caballería para el fomento. Además, trabajamos con fibras naturales y madera”.
El 40 por ciento de los 20 empleados de Bambú Fénix son mujeres, y en total se benefician unas 10 familias, con un enfoque inclusivo, pues allí trabajan personas con discapacidad, explica Eduardo, y agrega que no tienen un “taller”, más bien casas-taller, las casas de los integrantes del emprendimiento. Sin embargo, los cálculos para crecer están hechos y las metas fijadas. “En un año, quizás, estaríamos en condiciones de convertirnos en una micro o pequeña empresa, si se aprueban los créditos bancarios. Entonces sí estaríamos en condiciones de construir una sede con todas las de la ley”.
Hay mucho de la leyenda del bambú japonés en las palabras de Eduardo. Se dice que solo al séptimo año de plantada la semilla, en apenas seis semanas, la planta crece más de 30 metros. La pregunta sería ¿tardó sólo seis semanas en crecer? Y habría que responder: No, en realidad se preparó siete años para dar el gran salto, gracias a la paciencia y a la esperanza de quien la cuidó. No queremos que Bambú Fénix demore tanto, aunque sus hacedores reconocen el valor del tiempo y el esfuerzo.
Algunos de los objetos utilitarios y decorativos producidos por el proyecto
La falta de cuatro paredes y un techo “oficial” no ha hecho mella en las ganas de trabajar de este grupo que, en medio de la pandemia de la COVID-19, logró insertarse en la plataforma EnZona con una decena de productos artesanales y utilitarios, y realizar transacciones económicas por valor de 4 000.00 pesos, solo al cierre de agosto. Haciendo uso de las potencialidades de WhatsApp, organizan el trabajo, coordinan la superación y las nuevas ideas, y reparten entusiasmo en la distancia.
Eduardo, incansable a sus casi 60 años, lee todo lo que encuentra, sea sobre el bambú o nuevas regulaciones acerca del Trabajo por Cuenta Propia y las Mipymes, integra un grupo en Telegram sobre Desarrollo Local, y fue invitado al Congreso Virtual Latinoamericano del Bambú Sostenible.
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Su ahínco ha recibido palmadas en el hombro, como las de la Universidad Central de Las Villas Marta Abreu, desde donde llegó una donación de herramientas, insumos y bibliografía. Y son esos alientos, más las ganas de hacer de su gente, lo que no deja a Eduardo sentarse a amasar lamentaciones, como que muchos productos indispensables para procesar el bambú se compren en MLC y él venda en moneda nacional, el impuesto sobre las ventas (considerado alto aún), o que los precios a través del comercio minorista todavía sean caros para el avileño de a pie.
En la búsqueda de alternativas a esa realidad de la economía cubana, que no parece modificable en el corto plazo, Bambú Fénix se inserta en el Polo Exportador de la provincia y sus integrantes harán carbón si hace falta, si por esa vía llega la moneda fuerte que les permita avanzar en su verdadera vocación: crear artesanías y objetos utilitarios, muebles, decoraciones que le ganen una identidad a la provincia, poniendo por delante los valores históricos, culturales y patrimoniales de esta comarca.