Cuando llegue el día cero

aguaEmpresa de Acueducto y Alcantarillado Ciego de Ávila/FacebookLa colocación de hidrómetros, aunque costosa, es una medida de probados resultadosLa reciente escasez de agua que sufre nuestra provincia nos presenta una realidad para la que tarde o temprano vamos a tener que encontrar soluciones.

El hombre puede vivir sin electricidad, sin televisores, sin celulares, sin internet, sin aire acondicionado, puede vivir semanas incluso sin alimento, pero no podría sobrevivir más que unos pocos días sin el preciado líquido.

El término “Día cero” evoca imágenes apocalípticas: estanques secos, largas filas de personas para obtener un cubo de agua y sociedades al borde del colapso.

En el año 2018, Ciudad del Cabo, una de las capitales de Sudáfrica se convirtió en el símbolo global de la crisis hídrica.

Reducidos sus embalses de agua dulce al mínimo, las autoridades anunciaron fecha para el ya inminente “Día Cero”, momento en el cual se cortaría el suministro del líquido a la población, y esta tendría que hacer cola para recibir una ración diaria de 25 litros por persona.

El pánico se apoderó de la ciudad y la noticia se convirtió en un hecho mediático. Sin embargo, la ciudad pudo evitar el desastre.

El gobierno tomó medidas drásticas: se limitó el consumo diario a 50 litros por personas (hay que tener en cuenta que una sola ducha de apenas dos minutos gasta 15 litros de agua), se multó gravemente el derroche, se instalaron dispositivos de control en los hogares y se recicló el líquido para la agricultura.

Todo esto hizo posible que el anuncio definitivo del “Día Cero” se retrasara, semana tras semana, hasta el punto, que en el presente todavía no ha sido declarado. Otros lugares que están con el filo de la sequía sostenida encima de sus cabezas son: Ciudad de México, Sao Paulo, El Cairo y Barcelona.

Si países desarrollados ven peligrar su economía ante la escasez de agua, el daño en países del tercer mundo puede verse aún más agravado. Hay que tomar en consideración que la agricultura ocupa el 70 por ciento del agua dulce a nivel mundial, y que sin riego no hay cultivos, sin cultivos no hay alimentos y sin comida el escenario para alimentar a una población de ocho billones de habitantes se convierte en un asunto terrorífico.

Otro aspecto importante a tener en cuenta es el gasto en industrias y energía, que continúa siendo el más significativo. La crisis del líquido vital afecta de manera transversal a la vida moderna en todos sus aspectos.

No es una casualidad que las principales civilizaciones de la antigüedad se establecieran cerca de ríos, lagos y otros acuíferos. Aunque mucha gente no lo vea de este modo, recursos como el oro, el petróleo, el litio y los diamantes, no son, ni de cerca tan valiosos como un estanque de agua dulce.

Y es que el costo de desalinización del vital líquido en la actualidad es todavía increíblemente elevado, debido al gasto tecnológico y de energía que se requiere para producir un solo litro. El engranaje de toda la vida moderna, requiere del agua para su funcionamiento, hasta tal punto que para que las inteligencias artificiales (IA) procesen, en los centros de datos se gastan toneladas de agua para mantener fríos los servidores.

Nuestro país no posee abundantes recursos hídricos, y su única fuente de agua son las precipitaciones. Sin embargo, producto del cambio climático, se han observado variaciones en el régimen de lluvias, lo que ha provocado sequías más extensas, sobre todo en la región Oriental.

Cuba en su condición de isla corre el peligro de que sus fuentes de agua dulce se inhabiliten para el consumo humano, al contaminarse con la filtración del mar. A esto se suma que los principales acuíferos se encuentran en zonas costeras, lo que aumenta la amenaza de intrusión salina. Además, se espera que, con el aumento del nivel del mar para el 2100, esta situación sea aún más grave.

Uno de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es “Garantizar la disponibilidad del agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”. Para ello tendremos que sortear una serie de retos importantes. Se requieren de recursos, para mejorar el estado de la infraestructura hídrica, realizar mantenimientos integrales en la ya existente e invertir en tecnología que permita elevar la eficiencia.

Mirando a futuro, será necesario un mejor aprovechamiento del agua destinada a la agricultura, y la industria, así como un manejo rápido y oportuno de la red de salideros. Acciones estatales, que requiere de fuertes inversiones económicas, es por ello que se continúa insistiendo tanto en el aprovechamiento racional del líquido por medio de la población, porque sigue siendo la medida menos costosa, para proteger este tan preciado recurso.

Cerrar la llave mientras nos lavamos los dientes, recoger agua de lluvia para regar las plantas, y corregir los salideros en el hogar son medidas fáciles, que sumadas entre todos pueden aliviar en cierta medida esta situación.

El problema tiene diferentes puntos de vista desde los cuales afrontarse, pero todo se reduce en definitiva a tomar consciencia acerca del hecho de actuar cuando aún hay tiempo, que hacerlo cuando ya se sufren las consecuencias del mismo.

Es decir, no esperar a ver la sombra del ángel exterminador, y quizás con esta imagen en la cabeza, pensárselo un poco antes de pedirle a la IA otra de esas imágenes tan de moda al estilo Ghibli.


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