Contrastes, o vivir para otra cosa

El quinto día de este mes unos cuantos dejaron las oficinas y los talleres, y se involucraron en tareas de limpieza y embellecimiento en las comunidades, otros respaldaron la producción de alimentos en los surcos y las industrias. Digo unos cuantos para insistir en que el cambio de labor de los viernes en los centros de la producción y los servicios de la provincia debe seguir en aumento, tanto en calidad como en número de participantes.

También ese día, trabajadores de la Empresa Provincial de Abastecimiento y Servicios a la Educación (EPASE) se tomaron muy en serio lo de estar a tono con el modo verano, después de concluir el cambio de cubierta y pintura de 21 cabañas en el Campismo Cayo Coco.

Mientras, no se detenía el accionar de los colectivos en las empresas agroindustriales azucareras del territorio, epicentros de la recuperación cañera y el fomento de cultivos varios, dos aristas esenciales para que Ciego de Ávila mejore sus indicadores económicos y se eleve la calidad de vida de la población.

El fin de semana, las canchas del voli de playa en la capital provincial servían de escenario a las competencias de esta disciplina en la olimpiada escolar del país; los Tigres se entregaban con todo en los play off de la Serie Nacional de Béisbol y, para no ser menos, los jóvenes de la agrupación Vórtice se encargaban de rocanrolear en la sede provincial de la Asociación Hermanos Saíz.

Bastaría una simple búsqueda en las redes sociales en Internet para aquilatar que julio ha arrancado en caliente, animado, aunque absolutamente todo lo que he mencionado está muy lejos de ser perfecto, y siempre podrá hacerse más, mucho más.

Pero una cosa es con escoba, guataca, guitarra o pelota, y otra, diametralmente opuesta, es la que se asume no solo mediante el lenguaje belicista, en tanto ropaje de un odio visceral que le roe las entrañas a las hienas y sus alimentadores, sino también mediante la comisión de graves delitos que ponen en peligro la seguridad del Estado y que incluyen infiltración de armas en el país, incitación en las redes sociales, tráfico de armas, salidas ilegales, espionaje, creación de células clandestinas y terrorismo.

Fue lo que pudo apreciar la ciudadanía a través del programa Razones de Cuba, espacio televisivo en el cual quedó bien claro el pasado lunes que el intento de provocar un levantamiento armado en Cuba mediante reclutamiento de personas, apoyadas y financiadas desde los Estados Unidos, sigue siendo un propósito largamente acariciado por los enemigos de la Revolución.

Justo en la etapa del año en la cual la mayoría vacaciona, o al menos, intenta tomar un respiro; en el momento en que se tensan todas las fuerzas en una lucha desigual, pero necesaria para vencer el bloqueo, los errores propios y encaminar a la patria hacia un horizonte próspero y sostenible, duele escuchar y apreciar actitudes violentas, sin el más mínimo respeto a la vida humana, como las que sin tapujos manifiesta Willy González: “Ya ahora vamos al nivel del daño corporal (…). Y voy parriba de ustedes, sin parar. Yo no vivo pa otra cosa”.

Conviene recordar que en diciembre de 2023 el Ministerio de Justicia de la República de Cuba emitió la Lista nacional de personas vinculadas al terrorismo en cumplimiento de la Resolución 1373 de 2001 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que llama a los estados a adoptar todas las medidas para perseguir, investigar y sancionar a los que están vinculados a estos hechos y recaba el traslado de información e intercambio de elementos probatorios, y la búsqueda de las medidas para enfrentar resueltamente a los elementos terroristas.

Ciertamente, vivimos para muchas cosas, pero una de ellas, esencial, consiste en encarar y vencer a los que, al amparo de un vecino poderoso, pretenden convertir el país donde nacieron en un gigantesco baño de sangre.


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