Lo que me dijeron del fútbol

Sueño con la participación de Cuba en un Mundial. ¿Loco?, sí, de toda la vida

futbol Me dijeron que era una utopía, que en Cuba nunca se llenaría un estadio para presenciar un partido de fútbol, pero, una tarde de 1992, el estadio José Ramón Cepero se abarrotó para el duelo Pinar del Río vs. Ciego de Ávila, en la discusión de una Supercopa.

Se cansaron de decirme que en nuestro país nunca gustaría el fútbol y hoy, incluidos aquellos descreídos y prepotentes, son los primeros que invitan a dar una opinión sobre esa gran final que disputaron Francia y Argentina.

Me decían que el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación apoyaba la práctica del más universal en todo el país, mas nunca aclararon si se evaluó la labor de los municipios en la organización de torneos de base. Es decir, si ese apoyo era real o solo en papeles.

Me recordaron que, allá por la década del 90, fue tal apoyo a este deporte que hasta lanzaron el llamado “quinquenio del fútbol”, cuando sabido es que el balompié se juega con los miembros torpes del cuerpo humano y no bastan años o décadas para “ser amo de la redonda”.

No dejaron de repetir que el fútbol no generaría nunca ni la décima parte de las tertulias que lograban otras disciplinas y, sin embargo, hace más de una década la controversia Messi-Cristiano supera con creces las polémicas Stevenson-Milián o Linares-Yulieski.

Me aseguraron que el balompié siempre sería un deporte sin mayores pretensiones en nuestro país y, de una manera espontánea, en la actualidad es el que más se practica de una punta a otra de esta Isla.

En resumen: tantos cientos de millones de habitantes de este planeta no pueden estar equivocados. Es una verdad incontestable el calificativo de más universal de los deportes. Y, ¿saben algo? No pocos soñamos con la participación de Cuba en un Mundial. ¿Locos? Pues sí, este es un deporte de locos. Al menos así me calificaban no hace tanto.


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