Si Los Tiburones de Ciego de Ávila pretenden ubicarse entre los cuatro primeros en el Torneo de Apertura de la 106 Liga Cubana de Fútbol, tendrán que acabar con la sequía goleadora que ya se extiende a casi 250 minutos sin violar puertas contrarias.
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Desde que en el minuto 12 del primer juego ante Sancti Spíritus, en una jugada de balón parado, el mediocampista Ernesto Duanes cobrara con acierto una falta cerca del área, los dirigidos por Rolando Ayón se han “peleado” con el gol.
Ya se sabía, antes de iniciar la lid, que el no contar con un delantero que inventara las anotaciones iba a ser el Talón de Aquiles del equipo. Por el momento, la realidad supera los augurios.
Pero la búsqueda de aumentar las potencialidades en el ataque no debe funcionar en detrimento de la mejor arma de la escuadra: su cerrojo defensivo. En el fútbol —y no descubro el agua caliente— se gana por goles, pero se pierde también por ellos.
El torneo es muy joven y el once avileño tiene a figuras como Joan Carlos Casola y Asmel Núñez, quienes pudieran hacer menores las carencias en el ataque.
Este sábado los pentacampeones jugarán bastante lejos de casa, en Guantánamo, ante el equipo que acaba de doblegar al favorito Santiago de Cuba. El resultado frente a los del Guaso será un buen medidor.