La historia de Marilyn Herrera Padrón y sus hermanos en la defensa de un derecho no podría creerse si no fuera porque ella tiene una carpeta ordenada cronológicamente con cada documento que verifica la secuencia de acciones. El “viaje” de su reclamación ya pasó la barrera de lo inaudito y se ha adentrado en el terreno de lo inadmisible.
Cuenta a esta sección Marilyn, vecina de La Victoria, en Morón, que la casa familiar donde vivieron sus padres y nacieron ella y sus seis hermanos —sita en calle Séptima, número 12, entre Cuarta y Sexta, Bellavista, en la Ciudad del Gallo— les ha sido arrebatada por la pareja que tenía uno de sus hermanos al momento de morir.
En la casa vivían su padre Pablo Herrera (propietario del inmueble y el terreno) y Alcides y Adolfo, dos de los hijos. En 2014, cuatro años después del fallecimiento del patriarca, se procedió a realizar declaratoria de herederos y adjudicación de la herencia, pero este último paso nunca se concretó, porque debía actualizarse primero los límites de la parcela. Ahí se detuvo el trámite.
De ese momento, el testimonio de Marilyn salta a 2017, cuando el huracán Irma le provocó a la vivienda un derrumbe parcial. Posterior a la certificación por la Dirección Municipal de la Vivienda (DMV) de la afectación, su reparación y la asignación de recursos se realizó a través de la entidad Gran Panel, donde trabajaba Alcides.
La casa se remodeló, aun sin tener la documentación legal del inmueble, y los tres inquilinos (los dos hermanos y la pareja de Alcides) vivían en tranquilidad. Esa paz se rompió en 2021, luego de la muerte de Alcides. Ahí empieza la secuencia de lo inadmisible para Marilyn.
Dos días después del fallecimiento, la cuñada presentó un testamento a su favor y con el tiempo expulsó de la casa a Adolfo, de 68 años, que no tiene otro lugar donde vivir, pues ese ha sido su hogar de toda la vida. A estas alturas, Marilyn duda hasta de la capacidad mental de su hermano para firmar ese acto de última voluntad, dado que ella lo cuidó en su gravedad y sabe exactamente cómo se sucedieron los hechos.
El 14 de diciembre de 2021, impulsado por la remitente, se presentó ante la DMV un expediente de Reclamación de Derechos, pues no era posible que la esposa de Alcides pudiera adjudicarse una propiedad que ni siquiera estaba a nombre de su marido.
Casi al cumplirse el segundo año de espera, la DMV no ha respondido a la queja, razón por la cual la abogada de Marilyn dice estar atada de manos de cara a otro tipo de reclamación de carácter judicial.
Sin embargo, en ese tiempo, los demandantes han conocido que la reparación del inmueble y la asignación de recursos se inscribieron como inversión estatal —algo que no se justifica porque la casa no era un medio básico—, que con fecha 16 de agosto de 2023 se emitió una Resolución de propiedad a favor de la cuñada y que ni siquiera existe un Cese de convivencia que justifique el desamparo de Adolfo.
Según Marilyn, ha expuesto su caso en varias instancias, pero no ha encontrado oídos receptivos ni se ha hecho cumplir la Ley. Mientras, un organismo del Estado persiste en su incumplimiento del deber de atender las quejas de la población y, al menos, una persona está siendo privada de su derecho a un techo seguro.
Invasor no caerá en la tentación de presumir y “adivinar” las posibles causas de un caso tan sensible, que, a primera vista, apunta hacia direcciones, incluso, peligrosas. Pero sí espera que los implicados respondan y, todavía mejor, que la solución esté apegada a la razón y la justicia.