El bloqueo golpea al sistema eléctrico en Ciego de Ávila

 linieroPastor Batista Desde hace casi seis décadas un gobierno extranjero se empeña en cortarnos el agua y la luz. Así, como se lo cuento, aunque suene exagerado, hasta el punto de que para conseguir sus desatinados propósitos han recurrido incluso a perseguir la entrada de barcos cargados con petróleo a nuestras costas.

La vida moderna es impensable sin electricidad, en todos los sentidos. A este estratégico sector también se han enfocado las sanciones de los inquilinos de la Casa Blanca, pero lo de los combustibles solo es una arista del problema.

Acceso a piezas de repuesto, servicios especializados, tecnología de punta, ingreso a un mercado más cercano que abarata los costos, son algunos elementos que facilitarían la vida del cubano en este ámbito, si no estuviera vigente el recrudecido bloqueo.

Los trabajadores de la Empresa Eléctrica de Ciego de Ávila se resienten en su labor, al carecer muchas veces de recursos imprescindibles en aras de ofrecer un mejor servicio a los clientes. Ante la imposibilidad de comprar dispositivos y equipamiento a empresas estadounidenses, Cuba debe moverse a otras zonas como China o Europa, lo cual encarece las operaciones comerciales debido al pago de fletes y la transportación, además de las demoras de hasta 45 días como promedio en llegar los contenedores a puertos cubanos, lo cual ralentiza las inversiones.

Pero allí no se queda todo, recientemente una empresa mexicana que suministraba medios de protección y otros productos imprescindibles para el trabajo en el sistema eléctrico fue adquirida por una entidad de los Estados Unidos, lo que provocó el cierre de la actividad comercial.

Gricel Rivas Hernández, directora de la Unidad Empresarial de Base Centro Integral de Atención al Cliente de la Empresa Eléctrica de Ciego de Ávila, refiere que los impactos de la hostil política repercuten en buena medida en que los trabajos en las redes y la generación no puedan realizarse en menos tiempo y con más eficiencia productiva. Asimismo, entorpece el cumplimiento de los programas de la Revolución energética, como la eliminación de tendederas.

Según el portal Cubaminrex, las afectaciones en el ramo energético de abril de 2019 a marzo de 2020 se estiman en 125 millones 282 000.00 dólares, y solo en el grupo empresarial de la Unión Eléctrica los daños superan los 16 millones.

Entre los proveedores que interrumpieron sus vínculos con las empresas cubanas está la firma Clyde Bergemann, generadora de los sopletes de caldera instalados en las centrales termoeléctricas Lidio Ramón Pérez, Diez de Octubre y Antonio Guiteras.

También, en mayo de 2019 la compañía Flender, encargada de elaborar los reductores de circulación de las bombas, negó vender a Cuba esos aditamentos debido a la activación del Título III de la Ley Helms-Burton, señala el Ministerio de Relaciones Exteriores.


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