Isabel Barreto: primera mujer almirante

Que no le quepan dudas: las mujeres, esas compañeras naturales de los hombres, siempre han sorprendido a la humanidad. Así como suena. Ellas han sido, son y continuarán siendo capaces de hacer o realizar las más singulares acciones que se propongan.

El caso que nos ocupa hoy no es, ni mucho menos, la excepción de la regla. Se trata de la primera fémina que ostentó la responsabilidad de ¡almirante! en la historia de la navegación. Se llamó Isabel Barreto de Castro (1567-1612). Vio la luz en Pontevedra, España, según una de las versiones.

En algunas fuentes biográficas se precisa que desde pequeña había sentido pasión por la navegación. Su abuelo fue Francisco Barreto, uno de los gobernadores de la India portuguesa.

Sin embargo, otros amantes de la investigación histórica apuntan que la tal heredad le podría haber llegado de los troncos paternos: Nuño Rodríguez Barreto, a la sazón conquistador de Perú, y Mariana de Castro, ambos nacidos en Lisboa.

Otros datos señalan que Isabel fue esposa del navegante Álvaro de Mendaña, líder de un grupo de periplos por el Océano Índico, quien fuera el descubridor de las Islas Salomón y las Islas Marquesas.

Se conoce que la intrépida dama había acompañado a su pareja en el último viaje. Les cuento que, según se consigna en vetustos papeles, tanto ella como otras mujeres —algo no corriente en aquellos tiempos— se habían embarcado en la última de las expediciones.

De Mendaña puso proa rumbo hacia el Pacífico, a mediados de 1595. Su propósito, era llegar a las Islas Salomón. Se sabe que el convoy lo integraban un cuarteto de naves que llevaban a bordo unos 378 hombres, entre conocedores de la marinería y otros de la guerra. En ese conglomerado variopinto figuraban las tres hermanas de Isabel y un cronista: Pedro Fernández de Queirós.

La Conquistadora, como también se llamó a Isabel, era portadora de un fuerte carácter que imponía respeto. El primer descubrimiento que hicieron fue el de las Islas Marquesas.

Los expedicionarios hicieron escala en las Islas Santa Cruz. Allí murió Mendaña, quien antes de fenecer había nombrado a su esposa Gobernadora en tierra, y a Lorenzo, uno de los hermanos de ella, como almirante del periplo. Este también pasó al mundo de los muertos pocos días después y —era de esperarse— Isabel, muy decidida, devino adelantada de la mar. Mendaña había dejado a su compañera como heredera universal y Gobernadora.

La expedición puso pies en polvorosa debido a la rebelión de los indígenas tras el asesinato de su guía. La capitana puso rumbo hacia las Islas Filipinas, a las que llegaron tras accidentada travesía, en febrero de 1576. La Almirante, narran las crónicas, condenó a la horca a un marinero que no acató una de sus rápidas órdenes.

Isabel contrajo nuevas nupcias ese propio año con el general Fernando de Castro, y juntos armaron otra expedición. Primero fueron a Acapulco (hoy México) y después llegaron a Yuañacos (capitanía general de Chile), hoy Argentina, donde la dama poseía una encomienda. Reflejan los estudiosos que luego retornaron a Perú, donde ella falleció.

Otra versión consigna que había regresado a España, con el fin de reclamar sus derechos sobre las Islas Salomón. Otras versiones apuntaban que su fallecimiento había acaecido en Galicia, en 1622.

Curiosidades

• Una caja de madera en cuyo interior tenía una serie de varillas que giraban, es la primera descripción que se domina de lo que se conoció como lavadora de ropa. Transcurría la decimonona centuria.

• Hace poco más de un siglo fue inaugurado en La Habana el primer sistema de alumbrado público con que contó Cuba. La primitiva instalación dotó de luz artificial a varias calles, así como al Parque Isabel II y al Paseo de Isabel La Católica. Sucedió en marzo de 1899.

• Sepa usted, amigo o amiga que lee estas líneas, que la Esteseología es la parte de la Fisiología que abunda sobre la sensibilidad y sus condiciones y sus mecanismos.

• “La tierra es insultada y ofrece sus flores como respuesta”, bella sentencia pronunciada por el poeta y filósofo Rabindranath Tagore, Premio Nobel de Literatura.

• El lugar más profundo del mundo, entre todos los océanos, es la llamada Fosa Las Marianas. Se localiza en el Pacífico y su hondura es de 10 924 metros.


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