• “Hay mortales que no deberían morir nunca, como tampoco aquellos que en su tiempo de vida hicieron por el mejoramiento de sus semejantes. Esta imagen da vueltas cuando se piensa en hombres como Herminio Almendros”. Así escribió el periodista cubano Mario Cremata, al valorar el tránsito de ese excepcional ser humano, que tanto aportó al magisterio cubano.
Herminio Almendros (1898 - 1974), español de cuna y cubano por ciudadanía; maestro, pedagogo, escritor, editor y promotor cultural, legó importantes experiencias, consideraciones e iniciativas al sector educacional de la Mayor de las Antillas, fundamentalmente después del triunfo de la Revolución cubana.
De humilde cuna, abrazó el magisterio, y a seguidas continuó preparándose en la madrileña Escuela de Estudios Superiores. Se desempeñó como inspector e inspector jefe y divulgó el método pedagógico de Fornet. En esa etapa publicó La importancia de la imprenta en la escuela, primera de sus múltiples obras.
Participa en proyectos novedosos, como el de la Escuela Nueva Unificada, que incluía desde el preescolar hasta la Universidad. Más tarde emigra a Cuba, dada su posición antifranquista. Como no le habían convalidado sus estudios, los reinicia de nuevo y se doctora con una tesis sobre la inspección escolar. Trabajó como asesor del Ministerio cubano de Educación, pero fue destituido por Fulgencio Batista. Sin embargo, la UNESCO lo contrata y es destinado a la Escuela Internacional de la OEA en Venezuela.
Regresó por segunda vez a Cuba luego del triunfo revolucionario e integró un grupo de experimentados pedagogos para iniciar las bases de la futura Campaña de Alfabetización. Fue nombrado director de Educación Rural, experiencia que dejó en un libro titulado La Escuela Nueva: ¿reacción o progreso?
Almendros dio un aliento singular a la publicación de libros de lectura para niños, textos en los que combinó los hechos históricos con la buena factura literaria y la intencionalidad educativa. Rubricó más de 40 obras de las más variadas temáticas, amén de un número considerable de artículos periodísticos y prólogos.
Fue director del departamento de publicaciones del MINED, dirigió la Editorial Juvenil; fue asesor de la sección de Enseñanza del MINFAR y de la Dirección de Perfeccionamiento del personal docente.
Colaboró en la redacción de varios proyectos de estudios y metodológicos y de textos para las escuelas Formadora de Maestros. Herminio Almendros dedicó más de tres y media décadas a la educación cubana.
Vale destacar, además, que su actividad creadora tocó aspectos vinculados a la enseñanza de la lengua materna, la literatura infantil, la obra martiana y en la divulgación de la pedagogía de Frener. Se conoce que en 1960 donó 14 000.00 pesos de sus derechos de autor para la construcción de una escuela en Dos Ríos.
Entre sus muchos libros figuran Pueblos y leyendas, luego rebautizado como Oros viejos; Había una vez, 30 escenas de animales, Lecturas ejemplares: Aventuras, realidades y fantasías y A propósito de la Edad de Oro. Notas sobre literatura infantil. En la Editora Juvenil también editó y tradujo numerosas obras infantiles y juveniles de la literatura universal, y publicó otros como Nuestro Martí, una biografía concebida para los jóvenes. Otros de sus más importantes libros son Ideario pedagógico. José Martí y La inspección escolar.
• El anfibio más pequeño del mundo vive en el archipiélago cubano. Se trata de la rana pigmea o sapito. Mide menos de 12 centímetros de largo.
• En fecha tan lejana como 1635, a las prostitutas francesas se las castigaba con latigazos, les rapaban la cabeza y, por si fuera poco, las expulsaban de la ciudad.
• La primera acuñación de moneda propia en Cuba fue aprobada en 1914, pero se materializó en 1915, durante el gobierno del presidente Mario García Menocal.
• Sepa, amigo internauta, que nuestro planeta Tierra hace su movimiento de traslación alrededor del Sol a una velocidad de 20 516 metros por segundo. Y si de velocidades se trata, le recuerdo que la luz, viaja, por así decirlo, a 300 000 kilómetros por segundo.
• Y, aunque usted no lo crea, una sola hormiga es capaz de levantar unas 50 veces su propio peso.