Bachiller y Morales, destacado y erudito intelectual cubano

 antonio A lo largo de la historia, rica en hechos de todo tipo, Cuba, la pequeña isla caribeña, como Madre Nutricia que es, ha parido, para bien propio y de la Humanidad, a hombres y mujeres que la han prestigiado, sobre todo en el mundo de la literatura, las investigaciones y el magisterio en las aulas; amén del que desprenden con su propio ejemplo. Uno de estos lo es, sin duda, Antonio Bachiller y Morales (1812-1889).

Su vida, puede afirmarse que la dedicó a los estudios y a la escritura de importantes obras. La base cultural de su formación educacional la recibió en el habanero seminario de San Carlos. Es a partir de 1828 que ocuparía empeños mayores. En la prestigiosa Universidad habanera cursó disciplinas tales como Lógica, Metafísica y Moral, y obtuvo el título de Bachiller en Lenguas.

Pero el joven y laborioso estudiante no tuvo tregua, pues un bienio después se ciñó el pergamino de Bachiller en Cánones y en el ´37, añadió otro eslabón a sus estudios, ahora el de licenciado en Derecho Canónico. Y, aunque ustedes no lo crean, amigas y amigos de la gran Red de Redes, 12 meses después, en el centro de altos estudios de Puerto Príncipe, se gradúa de abogado.

Datos obtenidos en el portal cubano Ecured precisan que Bachiller y Morales sobresalió, además, debido a los numerosos aportes que hizo en la indagación de tópicos inherentes a hechos acaecidos en la América anterior al descubrimiento, los que refleja, tanto en sus escritos, como en los textos titulados: Antigüedades americanas y Cuba primitiva. Y, por si fuera poco, insufló nuevos saberes a la impartición de docencia en altos estudios a la Filosofía Liberal.

Partidario como era, de la unidad moral de las razas, Antonio tuvo que emigrar hacia los Estados Unidos a raíz de los sucesos de la Acera del Louvre. Allí permaneció de 1869 a 1878. Por supuesto que, desde el exilio, mantuvo correspondencia con el periódico mexicano El Siglo XIX. En esas misivas informaba sobre aspectos de la Guerra de los 10 años, entre otros.

Se conoce que Bachiller y Morales dio clases en el Seminario San Carlos, donde ocupó plazas como catedrático de asignaturas tales como Religión y Derecho Natural, y más adelante impartió docencia y llegó a ser el director del Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. Fue, además, el decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad de La Habana.

Sepan, amigas y amigos que leen estas líneas, que la obra suya titulada: Apuntes para la Historia de las Letras y de la Instrucción Pública en la Isla de Cuba, publicada entre 1859 y 1861, “resulta una de las contribuciones más importantes al estudiar la bibliografía hispanoamericana y el análisis de los progresos alcanzados por la educación en Cuba…”.

Otros apuntes de consideración fueron los escritos relacionados con la trata, el libre comercio y los problemas del agro cubano. Resalta el hecho de que los textos realizados por el intelectual habanero fueron publicados “en casi todas las publicaciones de Cuba en aquella etapa, así como en los de los Estados Unidos, durante los años que él vivió en dicho país (1869-1878)”.

Durante su fructífera y útil vida, en reconocimiento a sus numerosos aportes, Antonio Bachiller y Morales fue reconocido con una serie de distinciones científicas: nominado en dos ocasiones como miembro de mérito de la Sociedad Económica de Amigos del País y también como Socio de Honor.

Fue designado en 1845 como socio correspondiente de la Academia de Anticuarios del norte de Europa, y socio de mérito de la Sociedad Antropológica de Cuba. Además, ocupó una serie de cargos en diferentes sociedades y asociaciones, entre otros.

Curiosidades

• La Termoquímica fue fundada por el químico francés Marcellin Berthelot (1827-1907). Añadan a su acervo que a este ilustre hombre de ciencia se le debe la síntesis artificial de muchos compuestos orgánicos existentes en los seres vivientes, entre otros vitales para la vida.

• Si los hombres y mujeres han nacido con dos ojos, dos orejas y una sola lengua, es porque se debe mirar y escuchar dos veces antes de hablar. Sabio el consejito, ¿verdad?

• “Si yo pudiera darte una cosa en la vida, me gustaría darte la capacidad de reírte de ti mismo a través de mis ojos. Entonces te darás cuenta de lo especial que eres para mí”, sentenció Frida Kahlo.

• No lo olviden, amigas y amigos internautas, la injusticia es un agravio violento, mientras que el ultraje presenta, da la idea, de vilipendio público.

• Hace ya una friolera de almanaques, a los animales que tenían el vientre demasiado abultado se les denominaba con el término de gastróforos. El susodicho vocablo se les solía endilgar, también, a las personas que lucían barrigas infladas.


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