Luego de 28 días de cuarentena y en medio de un panorama donde la producción de alimentos es considerada una cuestión de seguridad nacional, la Fábrica de Conservas de Florencia apuesta por la diversificación de sus producciones destinadas en su mayoría al consumo de la población.
Incluso con los sinsabores de una cosecha de tomate en 2019 con el resultado más pírrico de la última década en la provincia ─solo 12 450 toneladas (t) para la industria─, la entidad florenciana molió 501 t del vegetal en los primeros meses de 2020, cifra que desde hace años encabeza sus planes, aun cuando en 2018 debido al proceso inversionista llevado a cabo en la Fábrica de Majagua los sobrepasó, al procesar 2003 toneladas como puré y otros derivados.
A estas alturas del año los esfuerzos se concentran en la obtención de jugos y conservas de vegetales y frutas. Por eso, ni siquiera la ausencia de 20 trabajadores ligados a la producción durante el tiempo que duró la cuarentena hizo mermar los planes.
Los detalles los aporta Marlene Pérez Pérez, especialista en Procesos Tecnológicos en la entidad, al explicar que al cierre del mes de abril salieron al mercado en formatos de envase pequeño (1/2 Kilo) 2000 latas tanto de mermelada de guayaba como de trozos de frutabomba; 1500 botellas de sofrito e igual número de salsa para pastas.
Además, se ha obtenido cebolla encurtida, conservas mixtas de col y pimiento, y cascos y jugo de guayaba.
Con tecnología que supera los 60 años de explotación y la permanencia de varias actividades manuales, la Fábrica de Conservas de Florencia es la única del país que procesa el pimiento morrón, logró rescatar una línea de frijoles en conserva y ha incursionado en el tamal en lata, gracias a la puesta a punto con innovación de la tapadora y el pasteurizador.
De estas potencialidades también se hizo eco Carlos Luis Garrido, presidente del Consejo Provincial de Defensa, en una reciente visita al territorio, donde exhortó a los trabajadores a no renunciar a la calidad y a mantener en alza las producciones.