Durante la Asamblea Municipal de Balance del Partido Comunista de Cuba (PCC) en ese municipio, varios indicadores dejaron la alarma encendida. Queda apagarla
Lo de la pesca en Júcaro puede parecer chiripa si no se explica a fondo. Porque la falta de combustible les permitió a los camaroneros navegar solo dos meses, de los seis que tenían previstos, y aun así, de los 8 millones de dólares que debían captar (por plan), acabaron aportando más de 10.
Tal mérito no descansó en que el camarón variara su precio en el mercado internacional (o no hubiera sido mérito alguno). “Se exportaron 30 toneladas menos, lo que fue un camarón de mayor talla y con un adecuado procesamiento industrial, lo que nos permitió comercializarlo con mejor calidad”, comenta Reinerio Díaz Betancourt, director de Unidad Empresarial de Base (UEB) Flota Marina-Pesca Júcaro, en uno de los recesos que le permite la asamblea partidista en Venezuela.
Con una nueva planta, además, podrán rondar las 20 toneladas diarias de hielo y pescar, a inicios de año, especies de escama y camarones, al mismo tiempo, sin que la falta de frío ponga en jaque la captura, por lo que la “corrida” de la pesca podría seguirse sosteniendo. La reparación in situ de todas sus embarcaciones, también los coloca en un buen punto.
Pero el ejemplo de Júcaro no aplica al resto de los sectores de ese municipio. Al menos en el informe que se debatió en la asamblea, ninguno alcanzó o sobrepasó lo previsto, y el ejemplo de la caña ilustró la otra cara del municipio.
Un párrafo deja la constancia: “Decrecimiento en los rendimientos y las áreas de caña, causado por incendios, incumplimientos en la programación del corte y campos infestados por plantas invasoras; además el plan de siembra no se concreta por no contar con la maquinaria necesaria y existir falta de gestión de los responsables para la contratación del servicio de preparación de la tierra y por liberación tardía de las áreas en demolición”.
La cita textual no encendió el intercambio que, no obstante, sí encontró agudeza en el análisis de la entrega de leche. Misleydi Castillo Sánchez, quien fuera reelegida como primera secretaria del Partido en el municipio de Venezuela, aseguraría que ese es hoy el desvelo mayor; sobre todo porque los planes no reflejan la realidad.
• Ya Invasor lo había dicho antes.
“Ahora es que se está haciendo un conteo del ganado, y la diferencia entre lo que está en los potreros y en los papeles es muy grande. Encima, el control tampoco era efectivo y se hicieron cambios en la delegación de la Agricultura”, sentenció.
Aun así ya no será posible honrar un plan que rondaba el 28 por ciento de cumplimiento, pues hay campesinos que estuvieron meses sin entregar ni un litro de leche. “Eso demuestra que ha faltado acercamiento, porque cuando se habla con un campesino, se le explica y se cumple lo pactado, él responde”, asegura Misleydi.
El compromiso de la militancia: trasformar la realidad del municipio
Carlos Luis Garrido Pérez, miembro del Comité Central del PCC y su primer secretario en la provincia, coincidió en la importancia de ese trabajo en la base, donde la militancia tiene que incidir mucho más. “En la caña perdimos el camino recorrido, tocó fondo y hay 93 medidas para ese sector pero todavía son desconocidas; hay que acercarse, dominarlas, ponerlas en práctica”.
El primer secretario fue enfático también en el papel que deben asumir en la producción de alimentos; un contexto crítico en el que la Empresa Porcina, por ejemplo, no tiene ningún contrato con porcicultores y, sin embargo, Venezuela posee el Proyecto de Desarrollo Local (PDL) Pitajones para la producción de carne de cerdo y ahora es que están sembrando el alimento animal.
Aun en esas condiciones, Sara Torres, militante de ese PDL, refiere que venden periódicamente esa carne en un punto del municipio, y el hecho de tener que pagar el saco de yuca a 200.00 pesos los obligó a mirar al surco para poder mantener las más de 1 000 cabezas del Proyecto. En consecuencia, el precio de venta fijado la semana pasada llegaba a 165.00 pesos la libra.
Roberto Montesino Pérez, vicejefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido, dijo que, ante tales dificultades, la militancia estaba obligada a analizar e incidir en cuestiones que sí podían transformarse allí. “A veces en el núcleo las discusiones se centran en todo aquello que incide en el problema, pero que no tiene una solución desde el lugar. Por eso, los análisis deben apostar al cambio.
“No basta con ser militante, con militar en las filas. La militancia es una condición personal, determina cómo se asume una tarea y ante las actuales dificultades tenemos que contar con militantes que desarrollen un trabajo más efectivo, que sean capaces, en paralelo, de desarrollar con éxito su actividad laboral y llevar a cabo su militancia”, sentenció.
Hacia ese camino se enrumba Venezuela, con no pocos obstáculos. Desde la elevada mortalidad infantil hasta el incumplimiento de las ventas netas, pasando por la producción de alimentos; amén de que cumplan con las 30 libras per cápita mensuales de vegetales, frutas y viandas. Las viandas, incluso, están sobrecumplidas. No obstante, también sabemos que sobrecumplir un plan no es satisfacer la mesa. A ese camino también le queda buen trecho por completar.
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