Proponen metodología para estudio de inundaciones costeras

Cinco autores, uno de ellos avileño, desarrollaron y aplicaron un método para estudiar las inundaciones costeras en la zona centro-oriental del país

Entre los mayores riesgos que plantea el Cambio Climático a los estados insulares están las inundaciones costeras, resultado de eventos meteorológicos extremos como los ciclones tropicales, del incremento del nivel del mar, o de la combinación de estas dos causas.

Los estudios iniciales que acompañaron la concepción y redacción del Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático en Cuba , conocido como Tarea Vida, estimaron que, de no tomar las medidas de adaptación que correspondan, para el año 2050 desaparecerían 14 asentamientos humanos, de estos 11 rurales, y 100 tendrían afectaciones parciales.

Que 14 comunidades costeras desaparezcan se traduce en más de 14 100 viviendas de uso permanente que, eventualmente, serán devoradas por el mar, e implicaría el desplazamiento de más de 41 300 personas. Y aunque parezca que falta mucho para el 2050, los científicos y estadistas saben que es, apenas, un “pestañazo”.

• Descargue: Tarea Vida.

Movidos por la urgencia de poder pronosticar con mayor exactitud los impactos de las penetraciones del mar tierra adentro, un grupo de especialistas de la región central y oriental del país han desarrollado una metodología para el estudio climático de las inundaciones costeras.

No es que hasta ahora no se tuviera información académica sobre el tema, sino que los estudios eran muy heterogéneos y no permitían comparar los resultados obtenidos, debido a los diferentes métodos empleados, así como a la diversidad de fuentes de información.

Punta Alegre en riesgo

El meteorólogo avileño MSc. Orlando Córdova García forma parte de este equipo de investigadores que acaban de publicar el artículo científico Metodología para el estudio climático de las inundaciones costeras en Cuba. Aplicación en la costa norte de la región central y oriental, en la Revista Cubana de Meteorología.

En diálogo con Invasor, Córdova explicó que para el estudio se emplearon los datos de las estaciones meteorológicas costeras cubanas de cayo Coco, Cabo Lucrecia (Holguín) y Punta de Maisí (Guantánamo). También los mapas sinópticos del nivel de superficie y Estados Generales del Tiempo del Instituto de Meteorología (Insmet), y la base de datos sobre ciclones tropicales del Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos, radicado en Miami.

Otras fuentes de información utilizadas fueron los resúmenes de temporada ciclónica elaborados anualmente en el Insmet y diferentes estudios de investigadores cubanos que abordaron esta temática en 1973, 2009, 2012 y 2013.

Como resultado, los autores pudieron calcular cuánto avanzaría el mar en cuatro asentamientos costeros de la costa norte central y oriental (Punta Alegre, Playa La Herradura, Gibara y Baracoa) ante inundaciones provocadas por fuertes vientos.

En el caso de Punta Alegre, por ejemplo, una penetración ligera del mar llegaría a 50 metros tierra adentro, una moderada alcanzaría los 100 metros y una fuerte superaría esa cota. Ese poblado, según otras investigaciones realizadas por el propio Córdova García, en febrero de 2015 sufrió una inundación costera provocada por una masa de aire continental que acompañaba un frente frío moderado. En esa oportunidad el mar avanzó unos 30 metros.

La mayor de que se tenga registros, sin embargo, ocurrió en 2017 ante el paso del poderoso huracán Irma. Esa vez la fuerza del mar destrozó lo que encontró a su paso en 250 metros. Cuando amaneció el 9 de septiembre aparecieron embarcaciones pequeñas y medianas a 100 metros de la línea de costa, en tierra firme. Fue entonces que Katia Siberia escribió que Punta Alegre era lo más triste.

• Ese año el mar también mordió la orilla de Júcaro. Lea la crónica de ese aciago día.

Resultados de la investigación

La metodología propuesta cuenta con tres etapas, de las cuales las dos primeras han sido aplicadas por diferentes investigadores cubanos en varias zonas costeras del país. En tanto, la tercera está en fase de aplicación a nivel nacional, a través del proyecto Proyección de las inundaciones costeras en el archipiélago cubano (2018-2021), en el cual participan, además de los autores del artículo científico, más de 20 especialistas e investigadores de todos los Centros Meteorológicos Provinciales y de la Sede Central del Insmet.

Al aplicar esta metodología a diferentes tramos costeros del archipiélago cubano, es posible determinar que, a partir de las características de la costa norte oriental, son propicias allí las inundaciones costeras por rompiente de oleaje, siendo las ciudades más expuestas Baracoa y Gibara. El azote de ciclones tropicales en la pasada década así lo evidenció: Ike (2008), Matthew (2016) e Irma (2017).

El huracán Ike, por ejemplo, provocó inundaciones de hasta 200 metros en el poblado costero Cascarero, mientras que en Playa La Herradura la penetración del mar fue entre 60-260 m y la altura de la ola se estimó entre 3-5 m.

Las mayores inundaciones costeras en la provincia de Villa Clara, hasta la fecha, han ocurrido en los asentamientos de Caibarién e Isabela de Sagua. Para estos dos asentamientos, durante el período 1900-2018, ocurrieron 11 eventos y, según esta metodología, sus habitantes podrían esperar una inundación moderada o fuerte cada 11,3 años.

Para la costa norte de Ciego de Ávila, a partir de los datos meteorológicos de la estación meteorológica de cayo Coco utilizados por los investigadores, al menos una vez en 10 años se experimentarán vientos entre 100-150 km/h y una vez en 50 años podrían darse vientos superiores a 125 y hasta 195 km/h.

Los especialistas concluyen que, a partir de la aplicación de la metodología propuesta a las zonas costeras al norte del Centro y el Oriente del país, se pudo determinar una tendencia creciente, estadísticamente significativa para el nivel de significación del cinco por ciento, de la velocidad máxima anual del viento y de los eventos de inundación en la costa norte oriental, tanto en frecuencia como en intensidad, desde inicios del siglo XXI.

Con estos pronósticos, se validan una vez más las cinco acciones estratégicas enunciadas en la Tarea Vida, así como la Tarea Uno de ese Plan. Y si bien se han tenido noticias de cómo se materializan tales exigencias en la costa Sur, con la construcción de viviendas para los habitantes de Júcaro, esta investigación propone apuntar al Norte.

• Conozca más sobre la implementación de la Tarea Vida en Ciego de Ávila.