Zafra en Ciego de Ávila, deuda con más de una causa

Si verdaderamente esperamos que la zafra en Ciego de Ávila dé el salto cualitativo y cuantitativo que se espera de este estratégico sector de la economía nacional, la siembra aún debe mejorar mucho para sostener las proyecciones de crecimiento.

Aunque en la recién concluida contienda azucarera la disponibilidad de caña no representó un problema, visto de ese modo, por la no arrancada (que había sido prevista) del central Ciro Redondo y de la bioeléctrica asociada a él, lo cierto es que el tema amerita atención y seguimiento por sus tendencias al decrecimiento de las áreas plantadas año tras año, con implicaciones para la sostenibilidad de la planta de energía verde pinense que demandará en el futuro todo el bagazo posible.

Una madeja de complejidades y limitaciones financieras para el acceso a varios insumos y recursos, problemas organizativos, de planificación y del proceso inversionista, condujeron a que la provincia alcanzara solo el 72 por ciento del cumplimento de su plan de azúcar de 123 000 toneladas (t), lo cual provocó que la Empresa Azucarera de Ciego de Ávila dejara de ingresar 70 millones 500 000 pesos por concepto de azúcar crudo. Sin embargo, el sobrecumplimiento del plan de producción de refino redujo finalmente la afectación a 54 millones de pesos.

A pesar de no faltar la materia prima para los dos centrales que se enfrascaron en la molienda, resalta un incremento del nueve por ciento del tiempo perdido industrial con relación a la anterior zafra. En ello incidió negativamente dificultades materiales en la disponibilidad técnica de los equipos de corte y transportación, con demoras en la entrega de la gramínea a la industria.

• Así concluyó la anterior zafra azucarera en Ciego de Ávila

Los rendimientos agrícolas en Ciego de Ávila todavía no registran el necesario despegue, pues son de 43,5 toneladas por hectárea (t/ha), solo 2,5 superiores al año precedente. Realidad en la que inciden multiplicidad de factores que van desde la irrentabilidad económica de varias bases productivas hasta la calidad de las atenciones culturales.

En la pasada contienda el plan de entrega de caña alcanzó el 83 por ciento, estadística que se traduce en la existencia de 45 cooperativas que incumplieron con tal propósito, motivado por la no arrancada del Coloso del Centro y cuatro de ellas por no cosechar la cantidad prevista, lo cual indica que en algunos casos todavía la realización de los estimados muestra superficialidad al considerarse áreas infectadas con especies invasoras y bajos rendimientos.

A las deficiencias propias de la campaña 2019-2020 , se sumaron los incendios de las plantaciones, los más grandes en los últimos ocho años y que impidieron el corte en áreas previstas en los estimados y provocaron penalizaciones millonarias a varias bases productivas.

Al respecto, el ingeniero Eduardo Larrosa Vázquez, director general de la Empresa Azucarera Ciego de Ávila (EACA), comentó que faltó prevención, pues de los 92 siniestros solo cuatro fueron intencionales y más del 90 por ciento de ellos se produjeron los sábados y domingos, lo cual indica que durante esos días se descuidan las atenciones culturales.

También en el foco de atención aparecen las bases productivas con falta de atención a los sembradíos por endeudamientos acumulados, lo que las sitúa en un círculo vicioso al estar imposibilitadas de solicitar créditos bancarios por no poseer garantías. Muchas de ellas tienen rendimientos por debajo de las 33 t/ha, muy cercanas a la extinción de las plantaciones.

La materia (no tan) extraña de la caña

A cambiar el enfoque con estas unidades que tienen muchos problemas financieros y “si vamos a salvarlas hagámoslo de verdad, porque cada año son menos las áreas”, llamó recientemente Carlos Luis Garrido Pérez, presidente del Consejo de Defensa Provincial.

Por demás, la siembra muestra atrasos acumulados de enero a abril, situación que para solventarla requiere de ritmos diarios de 160 ha y no de los 108 actuales, un análisis que reporta tres hectáreas promedio por cooperativa en la provincia, dijo Jorge Montero Cerezo, director de Atención al Productor Agropecuario (APA) en la EACA.

Tampoco en la resiembra se logran los resultados previstos al no rebasarse el 70 por ciento de población en las áreas, cuestión que debe solucionarse con vistas a alcanzar el añorado despegue productivo, sobre todo en las áreas bajo riego, actualmente con rendimientos de 65 t/ha cuando deberían estar entre 80 y 100.

Pese a no moler Ciro Redondo la industria respondió

Si existe un elemento clave que marcó los designios de la presente zafra en Ciego de Ávila sin lugar a dudas fue la no molida del renovado ingenio pinense. Atrasos en su inversión y puesta en marcha, así como de la aledaña bioeléctrica, de la cual depende para su encadenamiento productivo, dejaron el plan de azúcar muy por debajo de las expectativas iniciales.

“Al final se nos quedaron sin cortar alrededor de 250 000 t de la gramínea vinculadas al central Ciro Redondo, en algún momento habrá que analizar lo poco objetiva de la inversión prevista a salir en enero, cuando habían recursos que se transportaban por mar o estaban en otros países y surgieron una serie de imprevistos”, dijo Garrido Pérez.

Ante lo insólito del escenario en que varias bases productivas se quedaron sin el corte de la caña al incumplirse el contrato por la no arrancada del Coloso del Centro, resulta imperativo un tratamiento financiero diferenciado con ellas.

central ecuadorEl central-refinería Ecuador respondió al compromiso de producir azúcar extra

No obstante es meritorio reconocer a las agrupaciones de las industrias Ecuador, en Baraguá, y de Primero de Enero, del municipio de igual nombre, que aportaron volúmenes del dulce grano por encima de lo planificado, e impidieron así que los perjuicios económicos fueran mayores.

Otras insuficiencias fueron el sobreconsumo de electricidad y de agua por tonelada métrica de azúcar producida. El consumo de fuel oil se enmarcó en los parámetros para las tres producciones previstas (refino, alcohol y torula), destacándose el central-refinería Ecuador, en el cual desarrollaron el proceso de refinación consumiendo volúmenes ínfimos de este combustible fósil.