De lo único que no debiéramos ser nunca vulnerables es de la actitud y la voluntad de transformar
A mí me encantaría que un día de estos, sin avisar, llegara una brigada de constructores (con materiales y todo) y reparara mi apartamento de microbrigada. Las probabilidades tienden a cero, lo sé. Esa primera oración, además de un anhelo muy válido y recurrente, es solo una provocación. Las reparaciones y el mantenimiento que necesita mi casa son mi responsabilidad.
Sin embargo, a varias comunidades de esta provincia sí se les ha cumplido el sueño, justo en el año en que menos podríamos haber esperado milagros. Un día llegan brigadas de acueducto, viales, de constructores (con materiales y todo) y les cambian la fisonomía a los barrios en un dos por tres. Parecería fácil si no supiéramos las complejidades que entraña.
Le pasó a La Clementina desbordada, a La Aguadita, a Limones Palmero, a Punta Alegre. Le está sucediendo a El Vaquerito y a tres consejos populares del sur de la ciudad de Ciego de Ávila. A inicios de año hablábamos de un presupuesto millonario y un programa de acciones en todos los municipios, encaminados a transformar asentamientos poblacionales considerados vulnerables. Ese dinero se ha ejecutado y en unos días podríamos tener una mejor idea de cómo se ha invertido en mejorar la calidad de vida de los avileños.
La vulnerabilidad, ya lo hemos dicho, aunque siempre es evidente, también es relativa. Se puede ser vulnerable porque los caminos de acceso estén tan malos que no llegue el transporte o la canasta básica, porque la vivienda tenga piso de tierra y cubierta ultraligera; porque los ingresos no alcancen para lo básico. De lo único que no debiéramos ser nunca vulnerables es de la actitud y la voluntad.
¿Por qué digo esto? Porque en no pocos lugares a donde el esfuerzo gubernamental y político ha llegado con sus transformaciones ha habido quienes se quedan en la acera de la sombra esperando que otros terminen la obra que los beneficia. Mujeres y hombres en perfecto estado de salud que fácilmente podrían sumarse a las tareas. Bien lo criticaba unas semanas atrás el miembro del Comité Central del Partido y su primer secretario en la provincia, Liván Izquierdo Alonso, cuando pedía mayor convocatoria popular y participación de las comunidades en la solución de sus problemáticas. “El barrio es de todos”, decía.
No es menos cierto que muchos de los asuntos pendientes son “técnicos” y requieren la acción de obreros y especialistas. Está claro que una conductora de agua potable o la colocación de una radiobase no puede ser hecho por cualquiera. Pero, ¿y las áreas verdes comunitarias?, ¿y los microvertederos?, ¿y la poda de árboles y arbustos de los parques?, ¿y la pintura de locales, bodegas o consultorios?, ¿y los proyectos culturales que estremezcan a los barrios? ¿Por quién o quiénes deben esperar?
Posted by Osmany Costa Reyes on Saturday, November 26, 2022
Son “tareas” pendientes anotadas desde ya en las agendas de los recién electos delegados municipales del Poder Popular. A la par de atender las quejas y los planteamientos de sus electores, así como tramitarlas en el seno de las asambleas y fiscalizar sus soluciones —si de verdad queremos transformar nuestras comunidades—, los delegados deberán impulsar y gestionar el esfuerzo colectivo de sus representados, para concretar esa otra cuota de poder que yace en las masas.
Otro jornada fructífera donde se alcanzó un avance significativo en la construcción del alcantarillado del barrio Las...
Posted by Nodelsa Viña Oramas on Thursday, November 24, 2022
Porque el poder del pueblo no puede ser entendido únicamente como la exigencia de mejoras y la respuesta a problemas puntuales (a veces, históricos). Tiene que ser, también, un rabo de nube “silviorodrigueziano”: un aguacero en venganza contra la chapuza, el olvido y la mala gestión de los recursos. Una gran ira contra quien rompe, malgasta o roba lo que es de todos. Un torbellino que arranque de raíz monumentos a la improvisación y el voluntarismo. Un barredor de tristezas que se lleve por delante la apatía, el desánimo, el escepticismo y la peligrosa idea, gatopardista, de que algo cambia solo para quedar igual.
¿Qué significa ojos y oídos? ¿Será algo así como conocer los problemas o dificultades que enfrenta el Pueblo para gestionar la solución?
¿No tenían ojos y oídos los delegados de los barrios pobres cubanos y algunos han tenido que esperar una visita del Presidente para que se realice todo un despliegue de acciones para solucionar situaciones irresistibles, o lo que hace falta es destupir los ojos y oídos de otros?
Yo no sé cómo colige el Presidente la necesidad de su presencia para que se solucionen los problemas, pero, según mi punto de vista la acción del Buen Gobierno comienza en los barrios como resultado de la acción del Delegado y por tanto si se requiere de la presencia del Presidente de la República corremos el riesgo, y es mi opinión de atribuir la solución a una Politiquería. Tómese en c que el Presidente, lamentablemente, no goza como Dios del Don de la Ubicuidad y una gran parte de los pobres quedará sin protección pues las dificultades en lugar de disminuir, crecen.
Hay que dejar la teoría como yo digo del Plátano burro y EMPODERAR a los Delegados que en muchos casos y utilizo adverbio en lugar de cifras para dejar espacio a los Predadores de feria que cuando se ven afectados apelan a la Metodología de la Investigación y piden hasta pruebas replicables.
Con Delegados que se limitan a leer un informe que en la mayoría de los casos no vale o vale poco y que vuelvan a lo mismo después de 6 meses con las mismas manos vacías o con un pan de 80 gramos teóricos sin manteca y mal cocinado no vamos a avanzar, es una triste realidad pero es la realidad.
Nosotros sobramos en estructuras, pero la mayoría disfuncionales.
Brmh
Se critico la contruccion de la rotonda Habana , muy bonita que quedo, se contruye otra salida Camaguey,que paso con el entubamiento de las cañadas, los propios cruceros, las calles.
Que se proyecta para destinar lo que se genera en la famosa cuenta del 1 %.