A varios días de que fuera decretada la fase de cuarentena en el Consejo Popular Turiguanó, la vida se reorganiza en función de la salud de sus habitantes.
Las cosas han cambiado bastante rápido para Turiguanó. Si algo se mantiene intacto, es la belleza que llevó al Poeta Nacional a llamarle luz de estrella marina a ese pedacito de tierra que desde hace décadas no anda a la deriva, y que, “cielo roto, viento blando”, hoy cobija cientos de familias al interior de sus edificios, preocupadas, pero cuidándose bien.
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El cambio empezó desde que el Consejo de Defensa Provincial anunciara el pasado 11 de abril que era efectiva la fase de cuarentena para esa zona de defensa. Al principio se concibieron dos “zonas rojas” con estricto aislamiento: la comunidad de El aserrío (con 202 viviendas y 820 habitantes) y la Celia Sánchez, junto con la de Capitanía (que reúnen 65 casas y 210 personas), donde se había producido la transmisión local causante de que Turiguanó reúna la mayor cantidad de casos positivos al SARS-COv-2 en Morón, municipio con más casos de la provincia.
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De ahí que el resto de los pobladores pudiesen todavía moverse con relativa libertad, y continuara la venta de alimentos y el funcionamiento normal de los servicios, preocupaciones que transmitieron en sus comentarios los lectores de Invasor.
Sin embargo, todo eso cambió a mediados de esta semana, cuando se extendió la cuarentena a toda la zona de defensa, decisión que, sin dudas, requiere de mayor armonía entre el respaldo en recursos, la planificación efectiva, la protección de los más vulnerables y la disciplina de la ciudadanía.
Para no dejar lugar a las dudas, Wilber Suárez Milán, miembro del Consejo Municipal de Defensa aclara que cuarentena absoluta siginifica que “nadie entra y nadie sale”, y eso le ha quedado claro a muchos, como a Carlos Luis Veitía, residente del consejo popular, que desde que fue efectiva la decisión ha dejado de asistir a su centro de trabajo, en la tienda Los Balcones, de la cabecera municipal.
Su preocupación por las colas y las aglomeraciones innecesarias, ya ha quedado resuelta, que es la misma de quienes resaltaban la importancia de que se les vendiera organizadamente pollo, jamonada, galletas, huevo y pescado, entre otras cosas, a la par que reclamaban mayor organización, porque en la urgencia de proveer para los hijos, medio Turiguanó estaba en las colas.
Al respecto, explica Alain Mesa López, miembro del Consejo de Defensa de la Zona, que la distribución de los alimentos comienza a hacerse casa por casa, y que en las principales tiendas de venta de la canasta básica, asegurada hasta el mes de mayo, se asignaron productos liberados (principalmente cárnicos y proteínas) y de los mercados agropecuarios.
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“Los alimentos llegan a los puntos de desinfección, antes de almacenarse en las comunidades. A partir de ahí – comenta - comienza la distribución casa por casa que se aplicaba desde el principio a las zonas rojas y ahora se hace en todo el territorio”. De esta forma, bolsas de viandas y vegetales se clasifican en función de la variedad, la cantidad y la capacidad adquisitiva de las familias, y las hay de $ 23.00, $ 38.00 y $ 42.00.
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Los puntos de desinfección se ubican en la entrada y salida de Turiguanó, y uno en cada zona roja, que se encuentran debidamente acordonadas para impedir el paso. Sobre las medidas sanitarias indicadas a la población, Alain Mesa aclara que ha aumentado la cooperación y la disciplina, que un altoparlante recorre las calles para recordar la necesidad del distanciamiento social todo el tiempo, y sobre el uso del nasobuco incluso dentro de la casa.
En función de disminuir el riesgo epidemiológico, las pesquisas médicas se mantienen, y la doctora Lisette lleva una cuenta rigurosa de las personas mayores de sesenta años, los niños, los factores de riesgo y los mayores que viven solos.
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Dos experiencias positivas se han sumado a lo que se orienta a las instituciones en función de proteger a la tercera edad. Mesa López comenta que dentro de una de las zonas rojas, El aserrío, viven dos trabajadores del banco y una de TRD, que en medio de estas condiciones prestan servicios desde sus casas, y facilitan la distribución de aseo, y el pago de pensiones, actividad que se apoya en los trabajadores sociales.
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El trabajo de las empresas que operan en el territorio se encuentra interrupto, a partir de que la entrada de vehículos está restringida, y debe cumplir con el número máximo de personas permitidas. Las obras constructivas dentro de la zona residencial han sido paralizadas, mientras que se mantiene el viaje hacia Jardines del Rey, exceptuando a los trabajadores de la zona.
Con todo, la cuarentena no debe ser nada fácil para la gente de Turiguanó, porque, aún con las condiciones materiales creadas, la garantía de conservar su trabajo y sus derechos laborales, y la conciencia de estar obrando en función de la salud, es difícil sortear incomodidad, nervios y preocupaciones.
Seguros de que la comunicación ayuda, el Consejo de Defensa Municipal orientó a Radio Morón crear un programa de frecuencia diaria para el acompañamiento a las familias aisladas, que comenzó a salir al aire esta semana bajo el nombre de El blog de notas y la música.
Nancy Hernández Mesa, directora de la planta radial, informa que se transmite a las 12:00 PM, las 4:30 PM y las 10:00 PM, con la colaboración de la psicóloga moronense Dra Arelys Ascuy Morales, y que combina la orientación, la actualización noticiosa, la mensajería entre residentes de la comunidad y el entretenimiento para niños y padres.
Queda mucho por narrar sobre la cuarentena, desde las experiencias personales de quienes hoy cumplen las orientaciones de las autoridades y mantienen la calma aún en situaciones difíciles, pero mientras se escriben la historia de esos valientes, Turiguanó sigue viviendo soñando, “clavada frente a Morón”.