Pacientes pediátricos y COVID-19, proteger sin excepciones

Como promedio cada mes se han mantenido en Ciego de Ávila cinco casos activos que se corresponden con menores de un año y lactantes.

Desde que el cierre del 2020 nos dejara la estadística de una pequeña con menos de un año y de un niño de 12 años positivos a la COVID-19 y con reportes de críticos desde las salas de Terapia Intensiva, en Ciego de Ávila no hemos tenido ni siquiera que volver a asustarnos por evoluciones hacia formas graves de la enfermedad en pacientes pediátricos.

Sin embargo, la hipótesis de que este grupo etario no enferma y que de hacerlo no presenta complicaciones ha sido desmontada en la práctica. Desde enero del 2021 hasta este 20 de junio, en la provincia se habían diagnosticado 483 pacientes menores de 18 años y, de ellos, 142 tenían menos de cinco años.

Por eso, Marilyn del Solar Delgado, especialista en Pediatría y asesora del Programa Materno Infantil (PAMI) en la provincia, prefiere establecer grupos etarios para hablar del contagio, pues el mayor porciento de enfermos se ubica en el rango de 14 a 18 años. Sin embargo, como promedio cada mes se han mantenido cinco casos activos que se corresponden con menores de un año y lactantes.

“Controlar las actividades que realizan los adolescentes puede ser más complejo, y por ahí pudiese explicarse el alza de los positivos en esas edades. Cuando hablamos de los menores de cinco años entendemos que es la familia quien lleva el virus a casa. Nadie quiere contagiar a un familiar, menos a un hijo, pero sucede cuando se baja la guardia y no se toman las medidas sanitarias adecuadas.”

Si bien las evoluciones reportadas hasta ahora han sido favorables y la sintomatología entre moderada y leve, con predominio del malestar general, la congestión nasal y la fiebre, nada de esto excluye que en el futuro pueda suceder todo lo contrario, sobre todo, porque estamos hablando de una enfermedad respiratoria, pero con implicaciones en todos los órganos y tejidos del organismo.

De ahí que las complicaciones descritas por Marilyn del Solar Delgado aluden no solo a las relacionadas con el aparato respiratorio como, por ejemplo, una neumonía, sino al síndrome inflamatorio multisistémico, que ataca cualquier tejido del organismo, y a la enfermedad de Kawasaki, que afecta las arterias coronarias. Aunque estas últimas no han sido identificadas en la provincia, sí en otros territorios del país, por lo que cualquier alarma es poca.

Desde la consulta de atención a los convalecientes de la COVID-19 establecida en el mes de mayo en el policlínico Norte, de la ciudad cabecera, el pediatra Liosdany Mellor Duarte confirmaba a Invasor que las secuelas detectadas en los niños aludían a trastornos sicológicos asociados a la larga estancia hospitalaria y al encierro, los cuales se manifestaban, fundamentalmente, con irritabilidad, inapetencia o ansiedad.

En la oficina provincial del PAMI esta es, también, la tendencia registrada en la base de datos, aunque tampoco se obvia el seguimiento médico en la atención secundaria para descartar afecciones cardiovasculares, que suelen ser las más comunes luego del egreso, a juzgar por los datos aportados por un estudio llevado a cabo en Villa Clara que arrojó que uno de cada cinco niños estudiados desarrolló enfermedades cardiovasculares como miocarditis, pericarditis, arritmias e hipertensión arterial.

En medio de este contexto la capacitación del personal de salud vinculado a la atención directa de los menores ha sido una constante y el fin de cada acción ha sido reconocer precozmente las complicaciones y tratarlas adecuadamente para evitar su avance. A su vez, los protocolos se actualizan e incluyen en estos casos el uso del Interferón Alfa 2b en presentación liofilizada, la Kaletra, la Biomodulina T, esteroides, anticuagulantes, y antinflamatorios específicos como el Jusvinza.

La atención al niño de riesgo y al sano a través de las consultas de puericultura en la Atención Primaria de Salud no se detienen, con el objetivo de garantizar el normal desarrollo de los pequeños. El llamado es a extremar las medidas de protección y a mantener la comunicación con el Consultorio del Médico y la Enfermera de la Familia para determinar el mejor momento para llevarlas a cabo.

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