Atrás quedó la aparente rutina de la “normalidad”. La pandemia de la COVID-19 vino a cambiar las habituales reglas del juego de la vida de una manera insospechada, sin paralelismos desde hace más de un siglo.
Los integrantes del equipo multidisciplinario del Puesto de Dirección Provincial de Salud Pública no permanecen en la línea roja de atención a los pacientes confirmados y sospechosos, pero desempeñan una función estratégica en la contención del coronavirus SARS-CoV-2.
Las muchas ocupaciones de este grupo, las 24 horas, pudieran abrumar a más de uno por lo abarcador, específico y sistemático, a lo cual se suma la trascendencia de sus decisiones ante las demandas que plantea la cotidianeidad.
Discurren las horas entre el procesamiento de las bases de datos con los resultados de las muestras de PCR-RT (reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real), las quejas y sugerencias de la población por vía telefónica, el monitoreo de la información de los sitios oficiales, el seguimiento detallado a los pacientes ingresados, el movimiento hospitalario, la capacitación del personal médico y de servicios, la coordinación exacta del transporte, la vigilancia de los recursos médicos para afrontar la pandemia; y otros acápites que conforman los informes diarios al Grupo Técnico, como parte del Consejo de Defensa Provincial (CDP).
Sin embargo, la doctora Isabel Espinosa Rodríguez, al frente del Puesto y subdirectora provincial de Salud, dice que el secreto para sortear la magnitud de esa vorágine está en actuar de manera precisa y concreta ante las situaciones.
“Por ejemplo, cuando llega una base de datos de los laboratorios de referencia del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí o de Santa Clara, con 1 000 o 2 000 muestras, pareciera fácil filtrar por la provincia, municipio, nombre del paciente… pero no lo es, porque, a pesar del dinamismo con que se efectúa, conlleva una gran responsabilidad por ser una información que no deja margen al error.”
Opina que otra de las armas es ser ecuánime en las diferentes circunstancias. “Es fuerte el trabajo, pero, con la convicción de que es de mucha ayuda para las autoridades en la toma de decisiones, lo hacemos con entrega, dedicación y profesionalidad.”
Una de las encomiendas fundamentales le corresponde al médico epidemiólogo Axel López Valdés, uno de los cuatro especialistas de este tipo que laboran allí, y quien precisa que entre los propósitos se incluye no extender más allá de lo necesario la estadía en los centros de aislamiento, e insistir en no demorar los resultados de las pruebas, situaciones que provocan la mayoría de las quejas.
Comenta acerca de los condicionantes para el establecimiento en una población de la cuarentena o el reforzamiento de las medidas de aislamiento, el valor epidemiológico de fijar los criterios de casos sospechosos, confirmados o en vigilancia, vitales en la contención del nuevo coronavirus, y las pautas al dar las altas a partir de los resultados de las PCR negativas.
El galeno, que formó parte de la brigada Henry Reeve y cumplió misión internacionalista en Pakistán durante el terremoto de 2013, resalta el valor de la encuesta epidemiológica como herramienta en esta pelea contra un enemigo invisible.
Como un reloj suizo han de funcionar las acciones relativas a los ingresos y egresos de los sospechosos, contactos y confirmados de la COVID-19 para no demorar los casos y actuar a tiempo, un recurso muy valioso para aspirar a ir por delante de la pandemia.
La doctora Mitza Ivis Castro Márquez, al frente de la tarea, explica que incluye velar porque se garanticen camas, alimentación y medicamentos, y demás recursos necesarios en la atención médica.
El cronograma va desde la revisión de las bases de datos para los diferentes movimientos en el tiempo establecido y cómo establecer los protocolos de salud, hasta la coordinación del Servicio Integrado de Urgencias Médicas (SIUM).
Nunca imaginó vivir una situación de paralización de la mayor parte de las actividades y de aislamiento social. Ante la presente realidad, confiesa que no había tenido, como hasta ahora, tanta presión, responsabilidad y, a la vez, algo de miedo por no hacer lo que esperan de ella: “El pueblo confía en que no pasará nada porque nosotros estamos aquí, pero nosotros estamos aquí confiando en que el pueblo va a hacer lo que se está indicando.”
“No vale contar con los médicos y los recursos materiales para enfrentar la enfermedad si el pueblo se confía y deja de cumplir las medidas”, llama la atención Castro Márquez, quien, desde su posición de especialista jefa del Programa de Medicina Natural y Tradicional, conoce lo costoso de los medicamentos, las tecnologías de diagnóstico y tratamiento, y los medios de protección del personal médico, que, a veces, aunque vengan en donación desde China, el bloqueo obstaculiza.
Otro eslabón de la cadena es el departamento de Informática y Comunicaciones, de inestimable ayuda para organizar y agilizar el trabajo con las bases de datos que llegan diariamente, e indican las acciones con los pacientes a partir de su estado epidemiológico.
Iraídes Ceballo Suárez explica la importancia de disponer de herramientas informáticas que ayuden a los médicos a facilitar la detección de las “arañas epidemiológicas”, quedan los registros de las personas y se pueden actualizar, saber hasta qué niveles de contagio llegó y a minimizar los errores.
“La mayoría de ellas llega avanzada la COVID-19, pero han llegado, y bien implementadas dan buenos resultados, porque te organizan el trabajo y ofrecen información que permite tomar decisiones oportunas en el momento exacto”, comenta.
Cuando el 12 de marzo último se instituyó oficialmente el Puesto de Dirección Provincial de Salud, no pensaron que serían insuficientes dos teléfonos habilitados para la atención a la ciudadanía, al punto de que reciben y dan respuesta a un promedio de 50 llamadas diarias.
Yudelvis Pérez Falcón, encargada de esta sección, manifiesta que reciben información sobre la detección de personas con síntomas respiratorios, la calidad de las pesquisas y violación de las medidas sanitarias; y también otras cuestiones que se notifican al CDP.
El personal de salud, y demás involucrados en las tareas de control epidemiológico, ha estado con poco descanso, pero no ha dudado en afrontar esta tarea, como Ineldo Espinosa García, especialista de Transporte en la Dirección Provincial de Salud, quien en las coordinaciones del movimiento de los casos, en ocasiones, termina a las 4:00 de la madrugada y, robándole horas al sueño, llega temprano nuevamente a su trabajo.
No obstante, Ineldo sabe la importancia de su labor y de seguir las medidas adoptadas por las autoridades para que no peligre la vida de personas en situación de riesgo como su esposa, con una operación a corazón abierto. Y lo mismo ocurre con el doctor Axel, quien, desde el comienzo de la enfermedad en el territorio, se comunica por teléfono con sus padres, de la tercera edad, porque el contacto físico puede ser mortal en estos tiempos.
Ante el panorama tan adverso que impone la COVID-19, comprensión y apoyo funcionan como retaguardias seguras que instrumentan las familias de Ineldo, Axel y el resto de quienes, día a día, se mantienen atentos en el Puesto de mando.
De otras motivaciones para enfrentar la contagiosa enfermedad habla Yudelvis Pérez Falcón: