Ciego de Ávila vs. COVID-19: Menos pánico y más responsabilidad

Nasobuco y vacunación nos mantendrán menos expuestos a las actuales o nuevas variantes

Ante la variante ómicron del SARS-CoV-2, que ha hecho saltar las alarmas en todo el mundo, los expertos insisten en no dar lugar al pánico. Piden, en cambio, dos cosas: usar mascarilla y vacunarse si se tiene la oportunidad.

En Cuba lo segundo va siendo posible en porcentajes muy elevados, gracias a los resultados de la ciencia cubana que, dicho sea de paso, ya estudia las características de la nueva variante para trabajar con premura en actualizaciones de las vacunas nacionales, si fuera necesario.

Sin embargo, lo primero, la disciplina, el uso correcto de los medios de protección y la observancia de las medidas de contención, se resiste.

Como señalábamos hace siete días, entre todos los medidores del enfrentamiento, al cierre de esta semana, lo más preocupante de cara al actual escenario internacional es que los viajeros que no se presentan a su área de Salud, pasadas las 48 horas de su arribo, siguen siendo mayoría.

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Sin ese control descrito en protocolos e indicaciones a todos los niveles, el grueso de los arribantes podrían ser potenciales fuentes de infección para familiares, vecinos y personal de servicio con el que interactúan apenas ponen un pie en el país. No únicamente por ómicron, también por lo vivido hace un año, deberíamos aprender las lecciones que dejaron esos protocolos incumplidos y la escasa fiscalización.

Para mayor paralelismo, este noviembre recién terminado nos deja en situación similar a la de igual etapa del año pasado. Un diciembre de pocos casos diagnosticados que explotó en un enero de rebrote. No quiero ser yo quien invoque malos agüeros, pero parecería que la enfermedad de los más de 51 000 avileños contagiados con la COVID-19 le está provocando pérdida de memoria al resto.

Mantener la contención no significa continuar cerrados, porque la inactividad y la inercia también “matan”. Pero tampoco podemos permitirnos ciertos libertinajes vistos y denunciados.

Los números de la semana son tres veces mejores que los de la anterior, pero la pesquisa no está llegando adonde debería, persisten los casos sin nexo epidemiológico, ocho de los 10 municipios tienen controles de foco abiertos y todavía no cierra el evento del Hogar de Ancianos de Primero de Enero.

Lo dicho, menos pánico y más responsabilidad.