Analizamos el impacto de los viajeros internacionales en el curso actual de la epidemia de COVID-19 en Ciego de Ávila.
Para cuando el fin de año y la Nueva Normalidad coincidieron en Ciego de Ávila, todo parecía ir marchando de acuerdo a lo previsto en el protocolo sanitario nacional. Sin embargo, en apenas 15 días de enero la situación cambió como de la noche a la mañana, haciendo retroceder a la provincia en la escala diseñada por el Grupo temporal de Trabajo del Gobierno para el enfrentamiento a la COVID-19.
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En una nota anterior dijimos que, en buena medida, la complejidad epidemiológica de este momento se la debemos a los viajeros internacionales y sus contactos, que incumplieron las medidas, y aunque pueda parecer muy categórico, proponemos repasar qué sucedió con este segmento de alto riesgo.
- A mediados de diciembre se cerró oficialmente el último evento de trasmisión en la provincia, por lo que la cifra de casos autóctonos, que ya había disminuido notablemente cuando se cortó el contagio en La Piñera y 9 de Abril, llegó a su nivel más bajo en el primer rebrote.
- Después de noviembre, que concluyó con 122 casos, diciembre apenas reportó 31, con 24 jornadas sin confirmados.
- En consecuencia, el 15 de diciembre el Grupo de Trabajo Temporal del Gobierno decidió decretar la Etapa de Nueva Normalidad en Ciego de Ávila, asumiendo el nuevo Código de Vida y manteniendo algunas medidas como el uso del nasobuco y las soluciones desinfectantes.
- Parecía que se había conseguido controlar la epidemia, pero la procesión iba “por dentro”. En diciembre, un total de 83 viajeros internacionales resultaron confirmados al SARS-CoV-2, de ellos 37 fueron cubanos (con residencia o no en el extranjero). El resto fueron turistas procedentes de Rusia.
- Podríamos suponer que este núcleo de positivos generó una parte de la trasmisión actual. Recordemos que, ya en ese momento, el protocolo había cambiado y los viajeros no eran aislados al arribo. Aun cuando la mayoría se confirmó con el PCR-RT realizado a su llegada a los aeropuertos, el incumplimiento de la distancia social y el aislamiento, y el no uso del nasobuco, pudo echar a circular el virus silenciosamente y con síntomas en, al menos, los tres municipios más incididos.
- La evidencia está en los 60 casos autóctonos identificados entre el 1 y el 10 de enero. Excepto un paciente con fuente de infección desconocida, el resto fueron contactos de casos confirmados: Ciego de Ávila (20), Majagua (13) y Morón (23) se “robaron la arrancada” desde el primer día del año.
- Para el 10 de enero, fecha en la que Cuba comenzó a exigir un PCR-RT negativo a todos los viajeros internacionales y redujo el flujo de vuelos, el mal estaba hecho. En ese período se diagnosticó a otros 52 casos importados, aunque solo 21 fueron a la comunidad.
- Sin embargo, en los 17 días posteriores y hasta hoy, la explosión de contagiados autóctonos confirmó el segundo rebrote de la epidemia en la provincia, con 301 positivos, y 361 acumulados en lo que va de mes.
- En los últimos 20 días la cifra de viajeros internacionales confirmados es 69 y únicamente 16 son cubanos (todos asintomáticos).
- No obstante, y contrario a lo que indica la lógica o la disciplina, algunos controles de foco abiertos antes y después del 10 de enero ponen de relieve el impacto de los viajeros en el curso actual de la epidemia en Ciego de Ávila. Digamos, por ejemplo, el control de foco de La Serafina y Carlos Lens (Morón), con seis y nueve confirmados, respectivamente; el control de foco en Majagua (8); y el de la Calle Libertad en Ciego de Ávila, con igual cifra.
- Por semanas estadísticas, los casos importados se han mantenido entre 28-31 casos en lo que va de mes, lo cual es significativo, tomando en consideración, como señalábamos antes, la reducción de vuelos y la exigencia del PCR-RT. De hecho, la cifra de importados positivos en 27 días de 2021 (121), casi iguala a todos los viajeros diagnosticados entre el 5 de noviembre y el 31 de diciembre (143).
- De manera que, aun cuando los casos autóctonos triplican a los importados en Ciego de Ávila, la incidencia de estos últimos todavía puede ser significativa si no se cumplen estrictamente las medidas indicadas.
Por último. Es cierto que los PCR-RT han demorado; es cierto que los engranajes de la pesquisa en la comunidad no siempre están “engrasados”, pero nada de eso sustituye la responsabilidad individual. Sigo repitiéndome y habrá quien crea es matraca mía: lo que está en juego es la vida.
*Nota: Los viajeros internacionales, en calidad de turistas, positivos a la COVID-19 (en su mayoría procedentes de Rusia), son atendidos en el Hotel Sol Cayo Coco, habilitado como clínica para los casos asintomáticos y sin riesgos. Hasta el momento, según pudo conocer Invasor, no se han generado contagios entre estos turistas y el personal de servicio.