Desarrollo local en Cuba, ahora más que nunca

Ante la necesidad de elaborar una estrategia para la etapa de recuperación de la crisis actual provocada por la pandemia, en medio de un contexto internacional complejo e incierto y, por si fuera poco, lidiando con los efectos de la escalada en las acciones del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, el nivel local se ratifica como reservorio de potencialidades y espacio de resiliencia y construcción de alternativas viables e innovadoras, resultando complemento esencial para el desarrollo del país.

Problemas de importancia estratégica pueden tener solución o mitigación en los municipios, en correspondencia con la capacidad de implementar procesos de desarrollo local que sean realmente efectivos y basados en la utilización de sus recursos endógenos. La insuficiencia en la producción de alimentos y por consiguiente, la dependencia de las importaciones en éste y otros renglones, el deterioro del hábitat y de las condiciones higiénico- ambientales de los asentamientos o el incremento de la marginalización en las ciudades, el aumento sostenido de los flujos migratorios (rural- urbano, oriente- occidente, externos), las desproporciones territoriales y la inequidad social son ejemplos de ello.

Desatar los nudos que limitan las fuerzas productivas es también el fomento de sistemas productivos locales y el fortalecimiento y diversificación de la base económica municipal, aprovechando los potenciales locales, incentivando sinergias e introduciendo resultados de la ciencia, aplicando tecnologías adecuadas y generando innovación.

Un proyecto auspiciado por las Naciones Unidas fortalece en Florencia y Chambas la capacidad de recuperación ante huracanes y el almacenaje de agua

Para ello se necesita una institucionalidad robusta y creativa, capaz de conducir procesos participativos de desarrollo sostenible y dar respuesta a las demandas —acumuladas y nuevas— de la sociedad, teniendo como soporte un sistema de planificación integral y la base jurídico- normativa adecuada, pero asimismo recursos financieros que en una parte importante podrían generarse en el propio territorio. Y, en paralelo, una población comprometida y responsable de aportar de cada cual lo que corresponda.

Desempeñar el nuevo rol y hacer uso de la autonomía que le concede la Constitución en este escenario dependerá, por una parte, del nivel de preparación y las capacidades de innovación que desarrolle el municipio. Pero por otra, de la existencia de políticas- nacionales, sectoriales, regionales-, marco legal, modelos, plataformas y decisiones que se tomen en el nivel nacional.

El municipio que queremos está por construir. Acercarnos al ideal significa desplegar 168 procesos de desarrollo que respondan a los intereses locales y nacionales, y eso le hace mucha falta al país.

¿En qué medida puede hablarse de certeza en el empleo del uno por ciento del aporte presupuestario para el desarrollo local en Ciego de Ávila?

Por eso, ahora más que nunca, desarrollo local…

*Directora del Centro de Desarrollo Local y Comunitario, CITMA