Muestra de que, incluso en medio de las serias limitaciones energéticas de hoy, se puede avanzar, está ofreciendo la Empresa Avícola Ciego de Ávila, cuya producción, lejos de disminuir, exhibe ascenso.
Si el día 13 de septiembre, previo al esperado arribo de un buque con combustible para Cuba, los avicultores avileños reportaron alrededor de 280 000 huevos, una semana después los registros inscribían unas 305 000 unidades, cifra equivalente al plan diario concebido en 2017, cuando el huracán Irma irrumpió con su descomunal fuerza en el panorama del territorio.
En opinión de Leyda Martínez Arnaiz, directora general de la entidad, los resultados que continúa logrando la provincia se sustentan en la prioridad que se le concede al uso del combustible en las 14 unidades que se dedican directamente a la producción: alimento, agua y transportación de los trabajadores.
La respuesta de estos días incluye destinar a las distancias más largas los medios o equipos que menos consumo presentan, reordenar rutas para la actividad de acopio y distribución y reorganizar el transporte obrero.
En los inmuebles de la Empresa y las unidades empresariales de base se adoptaron otras medidas para aprovechar la iluminación natural y evitar el consumo eléctrico innecesario.
Directivos de la empresa les conceden alto valor a la información y al razonamiento colectivo con el personal, sobre todo con choferes como los que trasladan pienso desde Cienfuegos hasta la geografía avileña.
También se incrementa algo que constituye estilo de trabajo durante todo el año: el control estricto tanto en el terreno energético como en recursos muy sensibles, entre los que se encuentran el propio pienso, huevos, gallinas…
Acerca de ese asunto Invasor mostró experiencias en la Unidad Empresarial de Base ubicada en el municipio de Primero de Enero. Si lo desea, lea aquí.
A partir de todo ello, agrega Leyda, Ciego de Ávila sigue incrementando volúmenes de huevo y asegurando envíos hacia provincias como Holguín, Las Tunas, Matanzas y la capital del país.