Junio, sexto mes del año y segundo del período lluvioso en Cuba, que se extiende hasta octubre, no nos dejó grandes sorpresas en cuanto a variables meteorológicas.
Es el recién finalizado mes, históricamente, es el más lluvioso en Cuba como promedio. Además, en él ocurren elevadas temperaturas, antesala de nuestro caluroso verano, acumulando aproximadamente la quinta parte de los récords de temperatura máxima.
Las precipitaciones marcaron la pauta. Aunque para algunos avileños y avileñas “llovió como nunca” y más de uno se me acercó para preguntarme ¿hasta cuándo estas lluvias?, la realidad fue que las precipitaciones fueron inferiores a la lámina media histórica.
Según datos preliminares aportados por la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico de Ciego de Ávila, al cierre de junio precipitó el 90,3 por ciento de la lámina media histórica del mes, al precipitar 172.6 milímetros (mm) de un histórico de 191.2 mm. La mayoría de los territorios quedaron por debajo de su registro histórico, con excepción de los municipios de Chambas, Morón y Bolivia.
En cuanto a las estaciones meteorológicas (EM) del Centro Meteorológico Provincial, solamente la ubicada en la localidad de Falla, EM Camilo Cienfuegos, sobrepasó su media histórica.
Las lluvias llegaron a ser fuertes y hasta localmente intensas en algunas jornadas. El día 5 se reportó un registro intenso en el poblado de Turiguanó, al norte de la provincia, con un acumulado de 110.0 mm en 24 horas, ese mismo día se registraron otros acumulados de interés en la presa Cañada Blanca con 50.2 mm y Marroquí con 39.4 mm, ambos en el municipio Florencia.
Otro tanto ocurrió el día 9, cuando dos pluviómetros del Instituto de Recursos Hidráulicos registraron lluvias intensas en la parte norte de la provincia de Ciego de Ávila con un acumulado en Miraflores de 157.0 mm y en Yarual de 153.7 mm, ambos en el municipio de Bolivia. Otros valores de interés ocurrieron en Mabuya, Chambas con 92.0 mm; Patria, Morón con 81.0 mm y, en la presa Cañada Blanca, Florencia con 67.3 mm, todos en la mitad norte del territorio avileño.
Los internautas y amigos en la calle me interpelaban sobre el por qué de las lluvias, si se debían a algún fenómeno anormal o eran normales. Como dije al principio, junio es el mes en que más llueve en Cuba, por lo que es completamente normal que ocurran numerosas precipitaciones, asociadas fundamentalmente al tránsito de sistemas migratorios tropicales, como ondas y bajas tropicales, la presencia de vaguadas y el calentamiento diurno.
Durante la primera quincena ocurrieron numerosas lluvias asociadas a la presencia de una vaguada de niveles medios de la tropósfera que aportó un flujo de aire del sudeste al sur muy inestable y con alto contenido de humedad, unido a la inestabilidad vespertina generada por el calentamiento diurno y factores locales.
En la segunda quincena las precipitaciones estuvieron asociadas a la gran inestabilidad generada por una amplia circulación ciclónica sobre el golfo de México, que estuvo incrementando la humedad, aportando un flujo húmedo del sur hasta los niveles bajos de la tropósfera.
Las temperaturas se comportaron dentro de lo normal, con anomalías positivas mayormente, tendencia que se mantiene. Solo la EM Camilo Cienfuegos, en la localidad de Falla registró una anomalía negativa en la temperatura media.
En la tarde del miércoles, 12 de junio, se registraron temperaturas muy cálidas y hasta notablemente cálidas en la mitad norte de la provincia. Entre esos registros extremos transciende la temperatura máxima de 36.3 ºC, medida a la 1:02 pm en la Estación Meteorológica de Cayo Coco (78339), lo cual pudiera constituir un nuevo récord de temperatura máxima para un mes de junio y absoluto, ambos para la estación.
El récord vigente para un mes de junio en la estación es de 35.4 ºC registrado el día 7 de junio del 2017. Mientras que el récord absoluto vigente ocurrió el 29 de abril del 2015, con un valor máximo de 36.1 ºC. Estas temperaturas son consecuencia del flujo cálido del sur.
La nota más interesante en el mes fue el ya histórico huracán Beryl. El día 28 de junio se formaba en el seno de un centro de bajas presiones en el océano Atlántico, a unos 1970 kilómetros al este-sudeste de Barbados, isla más oriental del arco de las Antillas Menores, la depresión tropical Dos.
Tan solo unas horas después, el propio día 28, se convertía en la segunda tormenta tropical de la temporada nombrándose Beryl. Este organismo ciclónico tuvo una rápida intensificación, convirtiéndose el día 29, y a 1160 kilómetros al este-sudeste de Barbados, en el primer huracán de la temporada y el que más al este se ha formado en el Atlántico tropical en un mes de junio.
Antes del medio día del día 30 alcanzó la categoría 4, de un máximo de 5, en la escala Saffir Simpson, con vientos máximos sostenidos de 215 km/h a 460 kilómetros al sudeste de Barbados, sin dudas una de las intensificaciones más rápidas jamás registradas, recordemos que tan solo unas 42 horas antes era una simple depresión tropical.
El día 1ro. de julio, Beryl tocó tierra en Carriacou, Granada, en el Arco de las Antillas Menores con vientos máximos sostenidos de 240 km/h. Ocasionó grandes daños materiales y la pérdida irreparable de vidas humanas en la porción sur delas islas caribeñas, concentrándose los mayores impactos en las pequeñas comunidades de San Vicente y las Granadinas y Granada.
Trayectoria del huracán Beryl
También Trinidad y Tobago y Barbados sufrieron los impactos de Beryl, aunque en menor proporción. Nunca antes desde que se tienen registros estas pequeñas islas habían sufrido el impacto de un huracán tan intenso.
La devastación sin precedentes, dejó un saldo preliminar de siete fallecidos y entre un 90 y 95 por ciento de las edificaciones dañadas o destruidas. A pesar que el centro de circulación pasó distante de Venezuela, las bandas de alimentación ocasionaron torrenciales aguaceros que condujeron a inundaciones y vientos algo fuertes que igualmente causaron la muerte de, al menos, tres personas y grandes daños materiales.
Unas pocas horas después de haber devastado el sur del arco insular, ya en el mar Caribe oriental, los aviones caza huracanes encontraron vientos máximos sostenidos de 270 km/h alcanzando la categoría 5 de la escala Saffir Simpson y su máxima intensidad durante su vida. Con todo esto Beryl se convirtió en el fenómeno más intenso jamás registrado en los meses de junio y julio; además, pasó a ser el huracán categoría 5 que más temprano se ha formado en el Atlántico norte.
En la tarde del día 3 de julio, algo debilitado por la fuerte cizalladura del viento del oeste, pero manteniendo la categoría 4 y vientos de 225 km/h, el centro de Beryl pasó muy cerca o sobre la costa sur de Jamaica, causando importantes destrozos a lo largo de toda la isla, lamentándose la muerte de al menos nueve personas.
En su movimiento al oeste-noroeste por el mar Caribe, Beryl se mantuvo como un huracán con fluctuaciones en su intensidad. El día 5 de julio tocó tierra en la península de Yucatán, México, justo al noreste de Tulum, Quintana Roo como un huracán categoría 2 y vientos máximos sostenidos de 175 km/h.
La vida de Beryl no terminó aquí, al emerger al Golfo de México como una tormenta tropical continuó su camino hacia el sur del estado de Texas en Estados Unidos. En la madrugada del lunes 8, Beryl como un huracán categoría 1, tocó tierra por última vez en Matagorda, Texas. Ocasionó grandes inundaciones, tornados, cortes masivos de electricidad y la muerte de, al menos, ocho personas.