Tiempo 360: Tornados, una mirada a la furia de la naturaleza

En este artículo exploraremos los detalles del tornado que azotó La Habana en enero de 2019, a cinco años de este fatídico acontecimiento

 tornado habanaFotos: Tomadas de CubadebateLa noche del 27 de enero de 2019 quedará grabada en la memoria de los habaneros como una fecha trágica y desoladora. Un poderoso tornado, cuya magnitud no se había visto en décadas, golpeó con fuerza la capital cubana, dejando un rastro de destrucción y dolor a su paso. En este artículo exploraremos los detalles de ese fenómeno meteorológico, a cinco años del acontecimiento.

En la actualidad, aún no es posible pronosticar, con exactitud, cuándo se formará un tornado, dónde, la trayectoria y la intensidad que tendrá, contrario a lo que sucede con los huracanes que, con varios días de antelación, son previsibles.

No obstante, con los estudios y las modernas tecnologías disponibles actualmente, se puede prever, en el mediano y corto plazos, que existen las condiciones atmosféricas necesarias para la ocurrencia de fenómenos meteorológicos peligrosos como los tornados. Así lo reflejaron los avisos del Instituto de Meteorología.

Situación meteorológica compleja a la vista

El 25 de enero de 2019, el Centro Nacional de Pronósticos (CNP) del Instituto de Meteorología (INSMET) emitía el Aviso de Alerta Temprana Numero 1 Situación meteorológica compleja en la mitad occidental de Cuba…, donde se alertaba a las autoridades sobre “(…) un considerable deterioro de las condiciones meteorológicas desde el domingo 27 hasta el lunes 28 en la mitad occidental de Cuba”.

Situación que ya se venía monitoreando desde el 22 de enero, cuando se avizoraba en los próximos días la formación de una baja extratropical en el Golfo de México, con un frente frío asociado que afectaría a nuestro país con una activa banda prefrontal.

En el informe del Estado General del Tiempo emitido a las 3:00 pm del sábado 26 de enero de 2019, se decide incluir, tras un minucioso análisis de sondeos, modelaciones atmosféricas y de índices termodinámicos por parte de un equipo de especialistas del CNP, liderados por el experimentado meteorólogo Máster en Ciencias Armando Caymares, la “sospecha de probable severidad moderada dentro de la línea”.

Nuestros meteorólogos, que preveían la posibilidad de que ocurriera algún evento de severidad en el occidente del país durante el paso de la activa banda prefrontal, informaron sobre esta probabilidad en los pronósticos públicos presentados en la radio y la televisión, sin descartar, incluso, la posibilidad de que ocurriera la formación de un tornado.

 mapa

El cielo se iluminó de verde y luego un rojo intenso

El domingo 27 de enero, alrededor de las 8:20 pm, se cumplían las predicciones de los especialistas del CNP. Una nube embudo tocaba tierra en las inmediaciones del reparto José Martí y el Casino Deportivo.

“Estaba en la residencia estudiantil en Alamar”, relata Víctor Alberto Rafael Carrazana, joven meteorólogo del Grupo Provincial de Pronósticos del Tiempo de Ciego de Ávila, quien en ese entonces cursaba el quinto año de la carrera de Geografía en la Universidad de La Habana.

“De repente, escuché un ruido similar al de las turbinas de un avión al despegar, que duró aproximadamente cinco minutos. Al salir al exterior, presencié cómo el cielo se iluminaba con un intenso color verde, seguido de un rojo vibrante, mientras un viento muy fuerte comenzaba a soplar y la lluvia arreciaba. Las puertas y ventanas se sacudían con tanta fuerza que parecía que se desprenderían de sus marcos. En cuestión de segundos, nos vimos obligados a refugiarnos en la residencia. No tuve dudas: acabábamos de experimentar un tornado”.

El destructivo tornado se movió con un rumbo próximo al este-nordeste, con algunas fluctuaciones en su dirección, hasta salir por la costa norte, al este de Alamar (reparto Celimar), municipio de Habana del Este. En cuanto a su intensidad, y teniendo en cuenta la evaluación de los daños observados, se confirmó que fue un tornado EF4 (vientos entre 267 y 322 kilómetros por hora), según la escala de Fujita mejorada.

La escala de Fujita clasifica a los tornados por orden ascendente de intensidad, desde EF-0 hasta EF-5. Así, un EF-0 provoca daños leves; y un EF-5 deja daños catastróficos.

 tornado

Se estima que el tornado de La Habana tuvo vientos en el orden de los 300 kilómetros por hora. Recorrió unos 20 kilómetros de longitud y salió al mar, aproximadamente, a las 8:46 pm, por lo que se movió a unos 46 kilómetros por hora y tuvo una duración total sobre tierra de unos 26 minutos. Su influencia alcanzó unos 200 metros de diámetro como promedio en la mayor parte de su trayectoria, dejando gran destrucción y pérdidas de vidas humanas.

En las conclusiones del artículo Tornado que afectó La Habana el 27 de enero del 2019, publicado en la Revista Cubana de Meteorología, investigación que tuvo como objetivo “analizar los principales factores físicos y meteorológicos que propiciaron el desarrollo del intenso tornado”, se llega a la conclusión de que su desarrollo “estuvo dado por la interacción de manera simultánea de condiciones meteorológicas excepcionales a diferentes escalas”.

Entre los resultados significativos señalaron que no aparecieron indicios de la existencia anticipada de ninguna supercelda clásica, ni una minisupercelda, que, a su vez, explicara el desarrollo del intenso tornado.

Aunque no es frecuente que La Habana sea afectada por tornados, tampoco es algo extraordinario. En el siglo XX y en lo que va del XXI, la capital de todos los cubanos sufrió el embate de al menos 10 tornados, que causaron daños materiales y muerte.

 cronologia

• Tornados en La Habana: Historia reciente

El tornado que azotó La Habana en enero de 2019 dejó cicatrices profundas en la ciudad y sus habitantes. Sin embargo, también sacó a relucir lo mejor de la sociedad cubana: solidaridad, resiliencia y unidad ante la adversidad.

Este devastador evento meteorológico nos recordó, una vez más, que estamos sujetos al poder de la naturaleza. Aunque no podemos evitar estos fenómenos, se trabaja en la preparación para enfrentarlos manteniendo una activa vigilancia meteorológica, potenciando los Sistemas de Alertas Tempranas Multiriesgos, e invirtiendo en infraestructura y estudios para lograr una mejor compresión de estos fenómenos atmosféricos.