Prevenir desde el vientre

A un hogar materno se llega por muchas causas y la estadía puede ser corta o más larga, cuando otras alternativas han fallado y es necesario estar bajo el “ojo clínico” de los especialistas. Sin embargo, el orden de estos factores no altera los beneficios que redundan en partos seguros dentro de las instituciones hospitalarias y en el logro del bienestar y la supervivencia de la madre y el niño.

Bajo estos términos pareciera ilógico decir que desde hace meses la relación riesgo-beneficio anda invertida en Ciego de Ávila porque, de algún modo, estaríamos desestimando una de las fortalezas y exclusividades del Programa Materno-Infantil (PAMI) en Cuba, desde que se crearan estos centros en la década de 1960.

Por más que los especialistas expliquen y reiteren las consecuencias de la anemia, de un parto pretérmino, de la hipertensión arterial o del crecimiento intrauterino retardado hay madres que no entienden y no ingresan, familias que ni persuaden ni empujan y actores sociales que cierran los ojos o miran para otro lado.

Esta alza de la negativa a ingresar mantiene el índice ocupacional de los hogares maternos por debajo del 50 por ciento en la provincia, registrándose las peores cifras en los municipios de Venezuela, Baraguá, Ciro Redondo y Morón; predisposición que amenaza con volverse crónica justo cuando el PAMI intenta sortear obstáculos y “atajar” los números, que en los últimos tres años han determinado altas tasas de mortalidad infantil y materna en comparación con el resto del país.

Con la puesta en práctica de un plan emergente de medidas, que pretende aterrizar los protocolos y controlarlos en el terreno, han sido revaluadas todas las gestantes del territorio por un equipo de expertos. Resultó que alrededor de 1 200 casos clasificaron como de riesgo y, si bien no todos tienen criterio de ingreso en un hogar materno, cualquiera pudiera pensar que las 142 capacidades existentes en los nueve centros de este tipo pudieran quedarse cortas si llegara la hora de ser radicales con tal de garantizar el bienestar de la madre y el niño.

Juan Miguel García Hernández, jefe de sección del PAMI, explicó que la atención y seguimiento a los embarazos de riesgo en la comunidad son intersectoriales, aunque no siempre se logra.

Digamos que este asunto no es responsabilidad exclusiva de Salud Pública y, por eso, habla del papel de la familia en el convencimiento, de la presión ejercida en el entorno laboral o en el barrio por los Comité de Defensa de la Revolución y la Federación de Mujeres Cubanas, y el acompañamiento por parte de las Comisiones de Prevención y Asistencia Social.

En la mayoría de los casos la resistencia se sustenta en la responsabilidad de cuidar otros hijos y atender el hogar, ambientes socioculturales complejos que limitan el diálogo y el entendimiento o, simplemente, la percepción de que no es necesario salir de casa para controlar la presión arterial o de que en un hogar materno no se resuelve ningún problema.

Corregir estos estigmas pasa, también, por el filtro de la calidad de la atención en estas instituciones, donde no deben faltar, por ejemplo, una dieta adecuada, el pase de visita del obstetra con la periodicidad requerida y el logro de una rutina de vida agradable, que involucre acciones de promoción y prevención de salud, gimnasia bajo el visto bueno de profesionales del deporte, actividades culturales y, si se quiere, hasta el desarrollo de manualidades o cualquier otro entretenimiento. La práctica demuestra que el concepto de atención integral todavía no involucra aquí a todas las partes.

Si los números preocupan es porque son el medidor exacto de una realidad que, del Consultorio del Médico y la Enfermera de la Familia hasta el alumbramiento feliz y el alta médica, debe ajustar prácticas y protocolos; caldo de cultivo que no necesita ningún otro agregado. Concordemos en que en este ciclo la prevención comienza desde que el bebé está en el vientre o, incluso, desde mucho antes.

Especialistas del Centro Provincial de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades junto a la Lic. Lidianys Jorrín...

Posted by Dirección Provincial de Salud Pública - Ciego de Ávila on Wednesday, May 20, 2020