Del Violeta Sport Club, candidatos a los Panamericanos de 1951

Dos jugadores que brillaron en torneos locales de béisbol y en la Liga Interprovincial estuvieron enrolados en las eliminatorias nacionales, camino a los primeros Juegos Deportivos Panamericanos en 1951

Cuando el 20 de este mes acontezca la inauguración oficial de los Juegos Deportivos Panamericanos, los atletas de Ciego de Ávila pudieran hacer acto de presencia por decimosexta oportunidad, una ininterrumpida cadena de asistencias a la lid cuatrienal que se inició en 1963.

Pero el hecho cierto es que, al menos, peloteros que jugaban en representación de conjuntos de esta provincia estuvieron en los planes del equipo que asistiría en febrero de 1951, nada menos que a la versión inaugural de la cita hemisférica.

Para entonces, se habían sistematizado en el concierto del béisbol criollo las eliminatorias con la participación de las principales ligas por zonas, toda vez que ninguna tenía un verdadero carácter nacional, a lo que se agregaba el debilitamiento de la Unión Atlética de Amateurs de Cuba (UAAC), por causa del continuo éxodo hacia las filas profesionales. Con anterioridad, la UAAC había garantizado los hombres que hicieron equipos nacionales a las Series Mundiales y a los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe hasta 1938.

Previo a las citas centrocaribeñas de 1946 y 1950, el Comité Olímpico Cubano (COC) convocó a justas eliminatorias, y repitió la fórmula a fines de 1950, a propósito de que la primera justa hemisférica arrancaría en la última semana de febrero del siguiente año.

• Peloteros oriundos o vinculados al béisbol que se jugaba en Ciego de Ávila intervinieron en la eliminatoria de 1946, aunque formaron parte del elenco campeón, solo unos pocos pudieron asistir a los Centrocaribes en diciembre de ese año. Lea más aquí

Para armar la escuadra de 16 jugadores que iría a Buenos Aires, el COC previó la intervención de cinco elencos. Por el Este del caimán antillano se eliminarían las formaciones de la Unión Atlética de Oriente y la Liga Interprovincial, cuya dirección radicaba en Placetas y que abarcaba esencialmente jugadores de Las Villas y Camagüey. Entretanto, chocarían en el Occidente los de la Liga Invernal de Jovellanos con sus similares de la Pedro Betancourt, para buscar el oponente semifinalista de la Liga Nacional de Amateurs radicada en la capital.

En la relación de 21 candidatos (debía quedar en 16) que a través del Diario de la Marina diera a conocer Miguel A. Valdés Cruz, Lato, secretario de la Interprovincial, el 20 de diciembre de 1950, se incluían Oreste Cepeda y Homero Leblanc, miembros de la selección del Violeta Sport Club que había reinado en los certámenes de 1946 y 1947 que patrocinó esa organización.

• Preselección de la Liga Interprovincial para la eliminatoria panamericana

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Por cierto, en la última de las mencionadas porfías, Cepeda festejó el champion bate con elevado promedio de 451, según consignan los autores de la valiosa Enciclopedia biográfica del béisbol cubano, Tomo III.

carne orestesCarnet que certifica a Oreste Cepeda como jugador del Violeta en 1946

Una práctica común de aquellos tiempos era que los peloteros incursionaran en diferentes organizaciones y equipos. Leblanc había “sonado” la Liga en 1948, ocasión en la que con la franela violeteña encabezó a los estafadores de bases. Un año después, y según la propia fuente, “alcanzó la codiciada triple corona, además de repetir en bases robadas y anotadas”, y en 1949 jugó con el campeón Punta Alegre, temporada en la que repitió el liderazgo ofensivo. Hábil en el corrido de las bases, se había mantenido hasta última hora en la lista de los beisbolistas que recuperaron el cetro de los Centrocaribes en Guatemala, 1950.

• El primer oro avileño en Centroamericanos y del Caribe

Ambos —jóvenes de piel negra, inadmisibles en las filas de la UAAC, de comprobado sesgo racista—, eran de los buenos que le imprimían su sello a los circuitos en los que se enrolaban las novenas de los centrales.

En definitiva, los de la Interprovincial sortearon el primer escollo cuando batieron en dos de tres choques a los orientales en Zaza del Medio y después, como los serranos no cumplieron los requisitos exigidos para la reanudación del tope en Santiago de Cuba, accedieron a la final, pero cayeron en cuatro de cinco encuentros ante los yumurinos de la Pedro Betancourt, proclamados vencedores el domingo 21 de enero.

Quedaba, no obstante, la posibilidad de que en la nómina titular se considerara la presencia de algún refuerzo de la zona central, pero únicamente Jacobo Endó quedó con vida en la preselección y, a la postre, también fue excluido de la selecta relación de 16 que regresaría con el cetro continental.

A solo unas semanas de la lid en tierras australes, Leblanc y Cepeda constituyen una distante carta de presentación que no puede tirarse al olvido, otro antecedente glorioso del Deporte Nacional en Ciego de Ávila que merece respeto y tributo, 72 años después.

Detalles de la competencia hemisférica de 1951