Cuando quedamos satisfechos por algo, es porque primero hubo un efecto de contraste; o sea, la divergencia negativa de un mal servicio como preludio para llegar al resultado esperado.
Y así, entre la incertidumbre y el desasosiego vivieron por más de un año, con tupiciones y la pestilencia de las aguas albañales en sus hogares, los vecinos de la calle J, entre 1 y José Antonio Echeverría, en el Consejo Popular Alfredo Gutiérrez Lugones.
De una queja en otra, escalaron por disímiles instituciones buscando la solución a su problema, el cual iba tomando dimensiones mayores, pues llegaron las lluvias para hacerlo todo menos llevadero.
Osvel Santos, uno de los vecinos afectados nos comentaba en la carta publicada por Invasor el 1ro. de octubre del presente año, titulada Oídos sordos, que en el mes de junio del 2021 “se presentaron los compañeros de Acueducto y Alcantarillado con una retroexcavadora y el carro succionador de aguas residuales, y después de abrir dos huecos e intentar destupir, el compañero de la retro recibió una llamada telefónica y se retiró del lugar dejando las excavaciones abiertas, convirtiéndose en foco para mosquitos, como si fuera poco lo que ya vivimos”.
Por su parte, Gonaidis Verdecia, otra aquejada, cuenta que, además, acudió a la Dirección Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología para que hicieran algo al respecto, pero allí tampoco fue escuchada.
Ahora el panorama cambió, pues llega la solución a estos vecinos. Al menos así nos dice la misiva de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado en Ciego de Ávila (EAACA), al referir en la última línea que “La queja queda solucionada, la morada queda satisfecha y conforme con el tratamiento y respuesta dada”.
Según nos informan los funcionarios Maritza Águila, directora de Atención a la Población y Wilmer Matos, director de la EAACA, “Se visitó la dirección de Gonaidis Verdecia, en compañía del Ingeniero Jefe de Operaciones, la Especialista de Atención a la Población y el Subdirector Adjunto en funciones Guillermo Nuñez Trujillo (…) y se comprobó que la obstrucción de la calle no se había podido culminar por acumulación de sedimento pavimentario, el cual agravó la situación.
“Para enmendar el problema se utilizó el carro de alta presión, pero con este no se pudo encontrar la entrada a la red, por lo que fue necesario utilizar la retroexcavadora.
“También se rehabilitó la red de alcantarillado hasta la calle 1, con el objetivo de aliviar las aguas albañales de esa cuadra y que la carga de vertimiento saliera a la cañada de la calle José Antonio Echeverría.
“Los trabajos de rehabilitación comenzaron el 17 de octubre del año en curso durante cuatro días consecutivos y los resultados fueron satisfactorios”.