A miles de kilómetros de distancia, Palestina resiste, respira, sangra y llora. Su lucha es la de todos nosotros. Las campanas que doblan por sus muertos también nos llenan de luto en esta lejana isla del Caribe. Su causa, la de la libertad y la vida, nos parece la más hermosa del mundo, pues conocemos cuánto cuestan la insumisión y la rebeldía.
Todo el esfuerzo queda pequeño, tantos reclamos se antojan escasos, cuando la injusticia tiene el oído sordo y las manos embarradas de sangre.
No hay otra alternativa que seguir clamando por la paz y el derecho a existir de todo un pueblo. Mientras más fuerte rujan las bombas de Israel, con mayor fiereza nos toca a los oprimidos del mundo condenar la mala entraña de los genocidas.
Desde Ciego de Ávila, y para la Humanidad, resuene este grito por Palestina y su gente.
La solidaridad de los avileños
La clase obrera avileña alza su voz por los palestinos
El amor por la justicia se aprende con el ejemplo de los padres
Martí no podía faltar
Desde el río hasta el mar, Palestina será libre
Solidaridad con Palestina, pero también con todos los pueblos árabes
Desde Ciego de Ávila hasta Gaza, un canto de esperanza
Las manos de Israel huelen a muerte
Que ondeen juntas, hermanadas en la lucha por un mundo mejor