Exigir una vida menos ruidosa

Los límites aceptables para el ruido, según la Organización Mundial de la Salud, son 65 decibeles por el día y 55 en la noche

A propósito de unas “apacibles” vacaciones, una amiga me comentó: “ya no se puede vivir tranquilo”. No se refería a los sustos que puede provocar un accidente fatal, ni tan siquiera a las colas que en varios lugares se hacen para solucionar problemas y que la jornada laboral nos impide, y las dejamos para “cuando cojamos unos días de vacaciones”.

Lo decía por la cantidad de ruidos que, a cualquier hora del día o la noche, invaden la ciudad de Ciego de Ávila, indiscriminadamente, como en muchas otras del país, me digo para ¿consolarme? No se puede ni dormir; no hay lugar por donde uno camine que no te sobresalte una bocina frente a la puerta de una vivienda o una motorina con la música a todo volumen, haciendo temblar la calle y lacerando nuestros oídos.

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La existencia de pregoneros que recorren las arterias de nuestros barrios, portando hasta grabaciones con lo que compran u ofertan; el que te lleva el “paquete” hasta la casa, que grita a las 6:30 el nombre del beneficiado, sin importarle estar frente a la ventana del cuarto de un recién nacido o de un anciano, y hasta si te montas en cualquier vehículo, el chofer pone la música de su gusto y al volumen deseado. Son muchas las causas para que dentro de varios años aumente la cifra de pacientes con dolencias provocadas en nuestros tímpanos, pero lo más crítico, afirma mi amiga, es que no pasa nada y nos estamos acostumbrando a ello.

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“Eso pasa porque no estamos exigiendo nuestros derechos constitucionales” —le digo yo—, pues aun cuando el Estado cubano se preocupa por minimizar la contaminación acústica y que esta afecte lo menos posible la salud humana, son insuficientes las acciones que realizan las instituciones responsables de este problema, ante las muchas personas que violan las normas jurídicas y sociales existentes, de manera indolente y reiterada.

Si tenemos en cuenta que la capacidad auditiva empieza a deteriorarse a partir de los 75 decibeles y si se superan los 85 puede originarse la denominada sordera sensorineural progresiva, cabe entonces preguntarse, frente a tanta impunidad, ¿qué estipulan las normas y quiénes deben hacerlas cumplir?

Desde la Ley 81/97 de Medio Ambiente, dictada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), pasando por el Decreto Ley 200/99 para Contravenciones en Materia de Medio Ambiente; el Capítulo IV, relativo a las normas de convivencia, de la Resolución 4/1991 del Instituto Nacional de la Vivienda, en el "Reglamento General de los Edificios Multifamiliares"; el Decreto Ley 141/1988 que regula las contravenciones del orden interior; y hasta el Artículo 75 de la Constitución de la República, que respalda el derecho a disfrutar de un medio ambiente sano y equilibrado, lo que sobran son regulaciones y normas para controlar y evitar la contaminación sonora.

“Queda prohibido emitir, verter o descargar sustancias, disponer desechos, producir sonidos, ruidos, olores, vibraciones y otros factores físicos que afecten o puedan afectar la salud humana o dañar la calidad de vida de la población”. Acápite 147, Ley de Medio Ambiente.

“Se consideran contravenciones los ruidos, vibraciones y otros factores físicos”. Artículo 11, Decreto Ley 200/99 para Contravenciones en Materia de Medio Ambiente.

 Entonces, ¿a qué esperamos para poner fin a esta epidemia que está a punto de convertirse en crónica?, dice mi amiga. Las entidades responsabilizadas y las autoridades territoriales deben darle solución a esta insoportable situación que sufre un gran por ciento de la sociedad avileña actual. También al ciudadano afectado le concierne exigir porque lo hagan, pues, además, de su derecho, es un deber constitucional.


Comentarios  
# Iracelya 08-06-2023 12:33
Coincido totalmente con que las autoridades tienen que hacer algo, sobre todo con las motorinas esas que llevan la música a volúmenes insoportables a cualquier hora, sin importarle ni las personas, ni las letras horribles de las canciones que ponen, pero eso es para que haga Ud otro comentario.
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# Miguelito 08-06-2023 12:39
Cierto es que los escandalosos están en cualquier parte y a cualquier hora, no les importa nada. Es hora que que se le ponga freno, yo mismo tengo a mi mamá encamada y camiones, guaguas y motorinas pasan pitando, acelerando o con la música a todo meter por la calle frente a la casa, y ella se sobresalta por el ruido, y hasta las personas gritan llamando a otras, sin control alguno. En un país culto como el nuestro, donde tanto se ha gastado y se gasta en la educación del pueblo no debía pasar esto. Pero también tenemos que estudiar más nuestras leyes y exigirle a los que la tienen que hacer cumplir que lo hagan, sino seguiremos siendo una aldea.
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