Sin rodeos (4 de octubre de 2018)

DESABASTECIDOS

Los habitantes del poblado majagüense de Orlando González, desde el paso del huracán Irma, padecen por haberse quedado con un solo punto de venta en CUC, el cual, por su tamaño y encargo, no abastece, a veces, al poblado ni de productos tan elementales como el aceite o el pollo, con precios asequibles, además de que las confituras, el desodorante y otros productos escasean también. La esperanza de todos está fijada en una tienda grande que están construyendo, pero que todavía está en ciernes. Mientras, casi todo el tiempo, hay que viajar hasta la cabecera municipal para comprar esos artículos de primera necesidad. (CARMEN LUISA)

A LA ESPERA

Hace más de dos meses sufren las consecuencias de tupiciones en la comunidad del Plan Piña, en el municipio cabecera. Lilianne González Morell, delegada del Poder Popular y vecina del Edificio 6B, apartamento Cinco, refiere que todos los registros están obstruidos y que las aguas albañales corren por las calles. Las quejas y trámites, ante las instancias responsabilizadas, solo han servido para precisar que, con un buldócer, se solucionará el problema, pero el equipo no acaba de llegar. (FILIBERTO)

ARREGLO POR TERMINAR

“Arreglaron el puente, le subieron la altura, pusieron el servicio de agua, pero no hicieron las aceras y dejaron la calle sin arreglar; solo han regado un poco de escombros frente a la línea y, ahora, cuando llueve, todo se llena de agua, a lo que se suma que tenemos ausencia de alumbrado público. Esta situación se ha planteado varias veces a la Delegada, pero no hemos tenido respuesta, ¿Hasta cuándo?”, es la pregunta que se hace la lectora Marta García Sarduy, vecina de calle Quinta 311, entre Línea y A, en el reparto Roberto Rivas Fraga, en el municipio de Ciego de Ávila. (HEPA)

BASTANTE AGUA

Las lluvias de 2018 pusieron fin a la sequía en la provincia, sin embargo, aún esta pervive en la conciencia de muchos. Cierto es que las posibilidades de las redes (y de la economía) para abastecer a todos por igual, no se ajustan a la demanda, por tanto, a varias personas les surgen algunas interrogantes: ¿Qué medidas se adoptan con los derrochadores, propietarios de cisternas y tanques elevados, particulares y estatales, que vierten agua en cantidades que otros necesitan? ¿Quién vela por esto? (ALEXEY)