¿QUIÉN EXPLICA?
En horas de la madrugada del jueves pasado, vecinos del reparto Rivas Fraga, que son servidos de electricidad a través del circuito A106, sufrieron con la intermitencia del fluido eléctrico. Alrededor de las 3:35 am se restableció el servicio en esta zona de la ciudad de Ciego de Ávila, pero minutos después volvió a interrumpirse, algo que se reiteró en otras dos ocasiones en escaso tiempo. Similares molestias se habían producido en el horario de la tarde, con el consiguiente riesgo de costosas roturas de equipos electrodomésticos, entre otros. En la propia jornada, las llamadas al teléfono 33200708 resultaron infructuosas, cuando algunos intentaban entender cómo acceder al suministro de agua potable, sin la imprescindible energía eléctrica, y las causas del desesperante “quita y pon”, pues nadie atendía el teléfono. Parece una pesadilla, en tiempos en que tanto se reclama que funcionen los resortes de la comunicación social. (FILIBERTO)
INADMISIBLE
Que un bulto de periódicos permanezca a ojos vista de los clientes que por estos días reciben los servicios de Correos de Cuba en los bajos del edificio de 12 plantas, en plena capital provincial, y ante la necesidad de adquirirlos te respondan que no se puede porque están ocupados en otra actividad, resulta inadmisible, pero real. El lector José Basulto Urrely, vecino de calle G, No. 2, en el reparto Rivas Fraga, vivió tal incomodidad el martes 28 del mes pasado, y se pregunta qué hacer para acceder a la prensa, según lo establecido, pues comprar un ejemplar a sobreprecio en los portales de la ciudad también constituye una experiencia desagradable. (CARVAJAL)
LAS INTENCIONES NO SON SUFICIENTES
Por enésima vez, este medio de prensa se hace eco de la preocupación de sus lectores acerca de las violaciones de la disciplina social y vial en el bulevar de la Ciudad de los Portales. Todo el mantenimiento del que hace poco fue objeto, será presupuesto desperdiciado si bicicletas y ciclomotores siguen transitando por este como si eso no estuviera prohibido. Las indicaciones e intenciones de quienes deben velar por el orden en el lugar no son suficientes si no se hacen cumplir. (VIDAL)